La vida antes de marzo
Manuel Gutiérrez Aragón
18 diciembre, 2009 01:00Manuel Gutiérrez Aragón. Foto: José Ayma
nórisis que los sitúa, además, de modo involuntario, en los preparativos del atentado terrorista de la estación de Atocha, lo que explica el título de la novela. En realidad, y antes de llegar a esa parte final, escuetamente resuelta, el material narrativo se centra sobre todo en el relato que cada uno de los personajes va desgranando acerca de su infancia y su adolescencia mientras el fantasmagórico tren realiza su viaje circular, que deja entrever ese gusto por los elementos simbólicos visible ya en el cine del autor. El viaje, en efecto, es una imagen de la vida, y el relato su representación formal. Por eso "ninguna historia termina nunca. El desenlace es puro artificio: el relato, de manera natural, seguiría contándose ininterrumpidamente sin alcanzar nunca el término del tiempo que lo constituye" (pp. 154-155). Los viajeros entran y salen del tren sin que éste se detenga en ningún momento -gracias a un convoy que se coloca a su costado para permitir el trasvase-, de igual modo que la vida continúa sin cesar, renovada por la extinción y aparición continuas de existencias personales. El observador que acota un espacio y unos personajes como Martín y ángel para dar cuenta de su vida es otro pasajero -el narrador-, caracterizado de pasada como el "veterano viajero que de vez en cuando se asoma a estas páginas" (p. 155).
No puede negarse originalidad al planteamiento del relato, y la evocación de los adolescentes Martín y ángel está narrada con buena prosa y rasgos certeros: la vida oculta del veterinario, sólo entrevista desde la perspectiva del hijo, la atracción de éste por ásal, algunos detalles elusivos de su relación con Genia, ángel y sus recuerdos de la matanza del cerdo, así como los primeros pasos del personaje en Fuenlabrada, mezclan con habilidad informaciones y sugerencias y revelan un buen pulso narrativo. Acaso la mayor debilidad de la historia reside en los caminos, un tanto forzados, que llevan a los dos personajes a coincidir con el mismo grupo que prepara el atentado y a la reaparición de ásal como testigo de cargo. También, por qué no decirlo, en la adhesión implícita del autor a la que podríamos llamar "historia oficial" del atentado, que, como es sabido, resulta hoy un tanto brumosa -no sabemos si las dudas se habrán disipado en 2024, fecha de la historia narrada-y mantiene todavía en el aire multitud de signos de interrogación y que tal vez aconsejaban en este caso dejar algunos datos más en penumbra. Sea como fuere, Gutiérrez Aragón ha solventado airosamente esta primera incursión en la literatura narrativa.
ALGO PERSONAL
- ¿Por qué llama tanto la atención que se siga ocupando del terrorismo, aun como telón de fondo del relato?
- El terrorismo, tal como aparece en nuestras sociedades, es un fenómeno universal y de nuevo cuño. Su sentido indiscriminado, de castigo colectivo, le hace más odioso y temible. Como usted dice, La vida antes de marzo no es sobre el 11 M, sino precisamente sobre la vida, esa vida que ya nunca será igual para nadie. Y termina con el 11 M.
- ¿Realmente comienza con este libro una nueva vida como escritor?
- No se trata tanto de que un cineasta se haya convertido en escritor, como de que haya en mi dos personas distintas (y un solo Gutiérrez verdadero) Hoy soy escritor aunque nunca antes hubiera filmado una película.