La Esfera. 339 pp., 18'90 e



Arrasadora como un tornado es esta novela, este Arroz con mango que, explico para los no iniciados en los colores locales del lenguaje caribeño, significa enredo, mezcla de asuntos que nada tienen que ver entre sí.



Beatriz Pottecher (Madrid, 1961) elige una isla del Caribe, perteneciente a Venezuela, según la situación política y social que describe, aunque en ningún momento hace mención del nombre del país. Es tan poco común en esta época encontrar una novela del talante de la que nos ocupa, que se hace difícil enmarcarla dentro de los estilos habituales. Este Arroz con mango es, en sí mismo, una fuerza de la naturaleza desatada del Trópico. Es la profunda voz de una mujer analizando su vida sin hacer concesiones y de igual forma desmenuza el contexto en el que esta vida está a punto de ser destruida.



Nena, o niña Darling, como la rebautiza la única amiga y aliada con quien puede contar en la soledad de su brutal destierro, es una hermosa española que contrajo matrimonio con un magnate caribeño al que no ama y al que muy pronto aprenderá a temer y odiar. La sordidez de esta relación está emparentada en primera línea con el deterioro moral, político, cultural y social de un país en descomposición y de su clase dirigente. En contraposición, la imagen de su amiga, la Negra Aída, sanadora y visionaria, se alza en representación de lo auténtico.



Adelantar los pormenores de la trama restaría espacio para hablar de la belleza del lenguaje, que se arriesga sobre las olas con artes de surfista, aprovechándolo todo, vibrante, tenso, atropellado a veces, ajustándose a los movimientos de la historia contada.



He disfrutado encolerizándome, rumiando el desamor en que terminan casi todos los intentos, sumergida en el violento azul del Mar Caribe, saboreando la exquisitez de un tiempo perdido. Por eso recomiendo su lectura a quienes deseen acercarse a esa región del planeta, aunque no sea "la más transparente del aire".