Traducción de Rosa Mª Prats. Seix Barral, 2012. 256 pp. 17'50 e.

Explica Lluís Llach (Gerona, 1948) que la lectura siempre formó parte de su aprendizaje vital, pero que la profesionalización en el mundo de la música le alejó de los libros. Sin embargo, en 1991, tras su retirada de los escenarios, sintió la necesidad de "explicar algunas cosas", y comenzó una historia que le llevaría a publicar su primera novela en catalán, ahora traducida al castellano. Un proceso que ha vivido, dice, como un aprendizaje.



Memoria de unos ojos pintados es una novela sobre la Guerra Civil, construida sobre la base de unos personajes reales -el autor lo explica al final- muy próximos a su experiencia sentimental. Llach ha querido narrar la historia de cuatro amigos en el popular barrio de pescadores y, en especial, de dos de ellos, Germinal y David, una pareja a quienes la Guerra Civil les obliga a un infierno de separaciones, encuentros, cobardías y heroicidades. La excusa es la realización de un documental: los capítulos son supuestos registros de conversaciones, lo que la convierte en una novela muy discursiva, de ritmo demorado. Una novela que es de costumbres pero también histórica o -más importante- de amor homosexual. Resulta, sorprendente este Llach novelista. Cabe preguntarse ahora si la necesidad de contar cosas seguirá viva o se habrá aplacado. Ojalá sea lo primero.