El camino mozárabe
Jesús Sánchez Adalid
22 febrero, 2013 01:00La acción fabulada se sitúa en el año 939. El gran Abderramán III ha sufrido lacerante derrota en Simancas y con el propósito de evitar los desastres de otra enconada guerra, prudentes consejeros incitan conversaciones de paz en ambos bandos. La parte inicial de la novela refiere en tercera persona el ambiente en las cortes de Medina Zahara y León tras la batalla. La otra parte relata las respectivas embajadas para negociar la tregua. Aquí toman la palabra la reina viuda gallega Goto, que viaja a Córdoba para recuperar los restos del niño mártir san Paio (o san Pelayo), y un cronista al servicio del emir.
El viaje de las comitivas negociadoras -la andaluza llega a Compostela- facilita brochazos paisajistas y pinceladas históricas. Los personajes asumen variantes de la naturaleza humana aunque mermadas por el simplismo maniqueo de buenos y malos, listos y tontos. No faltan dosis de amor y terror. Más personales suenan las insistentes apelaciones emotivas al pasado. En suma, El camino mozárabe, de Sánchez Adalid es una más de las muchas novelas convencionales de consumo que desde hace tiempo inundan el mercado.