Tres son los protagonistas de esta historia, Andreu García, de los Mossos de Esquadra, el comisario Pardina, del CNP, el sargento Vilches, de la Guardia Civil y la periodista Patricia Bucana. Y su "tarea del héroe" es tan ambiciosa como de complejísima ejecutoria: organizar la mayor redada anticorrupción de la historia. ¿En juego? La ley pero también sus propias vidas. ¿El enemigo? Nada más y nada menos que todos los poderes fácticos aliados.
La acción, en la que no faltan informes policiales, judiciales y recortes periodísticos, se desenvuelve cinematográficamente, con un ritmo impecable y profusión de diálogos... Lo cierto es que leer Manos sucias es como visitar cada mañana el quiosco: un continuo sobresalto, porque Quilez nos descubre quiénes son, cómo se relacionan y cuáles son los valores de tantos empresarios y políticos prostituidos por el dinero, el sexo y el poder. Afirma el autor que ha intentado urdir en estas páginas un nuevo género, el de la novela de no ficción: su aportación al debate sobre los límites de la realidad y la ficción es una obra muy bien trabada, sumamente inquietante y siempre entretenida.