Begoña Caamaño

Traducción de X.A. López Silva. Galaxia. Vigo, 2014. 288 páginas, 17€

La Editorial Galaxia ha iniciado una loable aventura con la colección "Mar Maior", en la que se publican obras de autores gallegos que habían tenido su primera edición en castellano. En esto Galicia ha sido muy generosa. Bastará recordar las aportaciones de Pardo Bazán, Valle-Inlcán, Cela, Torrente Ballester y Cunqueiro, quien alcanzó la excelencia literaria en las dos lenguas. De Cunqueiro son las cuatro obras que abren la colección, que aparecen acompañadas de otros textos de literatura gallega actual traducidos, entre ellos Circe o el placer del azul, primera novela de Begoña Caamaño, que murio a los 50 años, después de recibir el Premio de la Crítica en literatura gallega por su segunda novela, Morgana en Esmelle.



Circe o el placer del azul constituye una inteligente recreación del personaje de Ulises desde la visión femenina de dos mujeres, diferentes al principio y gradualmente cercanas en la marcha de la novela. Son Circe y Penélope, la amante hechicera que disfruta del amor del héroe de Troya en su isla tirrena de Eea y la esposa que aguarda el regreso del rey de Ítaca en compañía de un Telémaco arrogante y acosada por los pretendientes que aspiran al reino de esta isla jónica. La novela está contada por un narrador omnisciente que relata las peripecias de Ulises para llegar a salvo a la isla donde reina la maga Circe y lo que allí sucede durante un año de amorosa convivencia con la diosa bruja. Pero la novedad está en las cartas cruzadas entre Circe y Penélope por medio de un milagroso cuervo adiestrado, en las cuales las dos mujeres supuestamente rivales y competidoras por el amor del héroe experimentan un progresivo acercamiento.



En las cartas de ambas descubrimos a una Penélope leal y prudente cuya sabiduría y dignidad como reina regente de Ítaca va dejando paso a la íntima confesión de su distanciamiento y desamor hacia Ulises por haber sido humillada por la ambición de éste, y se avanza en el reconocimiento de Circe como hechicera castigadora de varones, atrayente y contradictoria en su apasionada entrega amorosa con Ulises. Y de las confidencias compartidas por ambas mujeres resulta un Ulises transformado.



La esperanza queda en el vientre de Circe, pues Telémaco no es más que un aspirante a suceder a su padre en el reinado de Ítaca. De modo que aquel niño concebido en el amor de la diosa y el héroe será educado con otros valores en la isla de Circe. Y con ello la novela, siendo respetuosa con la tradición homérica recrea desde una óptica feminista bien argumentada una parte fundamental del triángulo mítico protagonizado por Circe y Penélope en torno a la figura de Ulises, en un texto sobre el amor, la belleza y la felicidad, con múltiples registros estilísticos, en el que se aúnan delicadeza y ternura, fantasía y magia, erotismo y sensualidad, aliento épico y lírico, sin descuidar la ironía y el humor.