Manuel Hurtado Marjalizo

La España de la posguerra esconde una oportunidad impagable de trazar un cuadro humano que malvivía entre la adhesión y la mera supervivencia. De ahí que La librería del callejón de Manuel Hurtado Marjalizo (Écija, 1962) tenga ese mérito de palpar las miserias de toda una época a partir de una trama absorbente, que queda subordinada al magisterio de la descripción temporal.



Hurtado Marjalizo traza una novela de espías en dos épocas con la ya sabida conversión de un profesor de la actualidad, Alejandro Piedra, en una suerte de detective histórico. Con esta excusa, el lector va conociendo con capítulos alternos la existencia de Adrián Fadrique, pintor ocultista, vuelto del exilio en París, a un Madrid en posguerra en busca de su identidad, de su vida. Un accidente arrancó de cuajo los recuerdos más decisivos de su existencia y sólo se aferra al vago recuerdo de un amor. He aquí donde el autor logra trasladarnos la tragedia de un hombre en busca de su yo. Y todo en un Madrid plagado de nazis obsesionados con el ocultismo y una suerte de sociedad secreta de liberales iluminados.



Hay en la novela un afán inexcusable del escritor por captar el pálpito del tiempo de aquella época: los olores, las contradicciones en tiempos de hambre. Todo bajo una trama apasionante que mixtura personajes reales y ficticios, que serán con los que lidie Fadrique en la búsqueda de sí mismo en este cuadro del Madrid del hambre.



@JesusNJurado