Lucrecia Zappi. Foto: Javier Velasco
Desde la Poética de Aristóteles -y aun para los autores anteriores- el ideal de la literatura ha sido reflejar la vida. De hecho, la ficción literaria se fundamenta en la mímesis o imitación de la realidad, aunque de manera diferente en cada momento de la historia. Acre, la novela de Lucrecia Zappi (Buenos Aires, 1972) también busca retratar fielmente el mundo de unos personajes contemporáneos al lector. Lo hace a su manera, recogiendo datos que la literatura clásica evitaba, aspectos antes despreciados por insignificantes que, sin embargo, dotan de minuciosidad a la historia mientras reflejan tanto la suspicacia obsesiva del narrador como su desconocimiento de la circunstancia de los otros, al igual que sucede en la vida.Óscar y Marcela viven en São Paulo de forma bastante anodina.Trabajan, soportan el calor pegajoso de la gran ciudad y con el tiempo esperan poder adquirir el apartamento vecino para ampliar el suyo. En él vive Vera, una mujer mayor con la que Óscar mantiene una amistad no exenta de ternura. La mirada hacia ella de Marcela, por el contrario, está empañada por unos celos difusos. Todo se complica con el regreso de Nelson, el hijo de Vera, al que Óscar y Marcela conocieron tiempo atrás durante una temporada en la localidad de Santos. Por entonces, no solo le propinó a Óscar una paliza brutal, sino que además huyó con Marcela durante tres meses de los que ella dice no recordar nada. Con estos antecedentes, no es difícil imaginar la inquietud que el regreso de Nelson causa en la vida de la pareja. De hecho, este retorno lleva a Óscar, el narrador, a rememorar el pasado juvenil. De ahí los numerosos flashbacks de una historia que se juega en dos tiempos: el presente, en el que se muestra la evolución de la vida en São Paulo, y el pasado, cuyas consecuencias definen el presente. Al mismo tiempo, la reaparición de Nelson supone un punto de inflexión en la relación, hasta entonces apacible, entre Óscar y Marcela.
Esta historia contiene muchas historias. La de una metrópoli de ríos subterráneos, racista y violenta, en la que a veces la vida vale muy poco; la de una existencia tranquila en Santos en la que domina un ambiente de jóvenes surfistas despreocupados del futuro; la de las cárceles brasileñas o la de la realidad insustancial del día a día cuando nada perturba la vida que fluye plácidamente.
Al igual que sucediera en su primera novela -Jaguar negro (2015)-, Zappi describe en Acre una realidad dicotómica cuando perfila espacios, tiempos, situaciones vitales y personajes. Y como en aquella, también muestra una imagen actual de Brasil con la complejidad inherente a un país tan extenso. Y cuenta con un tratamiento del tema de los celos y del narrador no fiable que evidencian que ha adaptado con perspicacia el clásico de Machado de Assis Dom Casmurro.