Eduardo Muslip

Caballo de Troya. Madrid, 2018. 116 páginas, 13,90 €. Ebook: 3,99 €

Como si de uno de los cuentos de Las mil y una noches se tratara, Eduardo Muslip (Buenos Aires, 1965) juega en Florentina con la autoficción para retratar su infancia y narrar al tiempo la historia de su abuela gallega, obligada por sus hermanos a casarse y a emigrar a Argentina sin que este país llegase jamás a ser su hogar. Bruta, supersticiosa, odiadora de curas y creyente en vírgenes, ánimas y demonios, para la anciana Buenos Aires nunca acabará de ser completamente real. Los tomates tendrán siempre peor cara que los gallegos y los embutidos serán un triste remedo de los de su tierra, como la carne, que siempre se cocinará mal, "y no sólo por la calidad de la comida, sino por la calidad del fuego mismo".



Extrañada, exiliada incluso de sí misma, ajena a todos y todo, familia incluida, sólo las películas de vaqueros rendirán algo su soledad en sus últimos diez años de vida, de los 80 a los 90, que son los que narra su nieto. De su familia gallega sólo sabremos que cuando escapó de Buenos Aires, embarazada y con un hijo, y regresó a su pueblo, la obligaron a marchar ya para siempre; de su marido y familia argentina, que no los quiso ni los entendió demasiado, porque eran parte de ese encantamiento que la tenía lejos de lo que entendía: su aldea, sus gentes.



Un relato espléndido, una suerte de antimemoria de la emigración que ilustra sin concesiones un terrible malentendido sin final feliz.