'Escuela de escritura', el plagio como obra maestra: claustrofobia y erotismo en la novela de Mercedes Abad
La escritora se sirve de una trama de suspense para tratar el mundo de la edición en esta obra que explora los límites entre autobiografía y creación
6 junio, 2023 02:17Arranca Mercedes Abad (Barcelona, 1961) Escuela de escritura con una situación imaginativa que incita la curiosidad y sugiere la llegada de intrigantes sucesos. Alguien, narrador en primera persona cuya identidad sexual se evita especificar durante muchas páginas por mor del suspense, va al cementerio donde yacen las cenizas de Pat, alumna suya en un taller de escritura creativa muerta repentinamente, y le lee fragmentos de novelas y poemas.
El declarativo título de la novela adelanta que un foco de atención serán los estudiantes del taller literario. En poco tiempo más sabremos que la narradora –al fin averiguaremos que se trata de una mujer– también es escritora y que tuvo una carrera fulgurante, luego anestesiada tras un gran éxito de crítica y de ventas. Ahora ha publicado otro título aclamado con el cual ha hecho su mejor y más personal obra pero –solo estamos en la página 19– se la ha robado a un autor primerizo, la tal Pat.
En escaso espacio, pues, nos vemos inmersos en un relato que todo él gira alrededor de la literatura, tanto de la escritura como de la edición. La historia de la narradora sirve de pretexto para divulgar datos acerca del concreto mundillo de la sociedad literaria desconocidos del gran público: las exigencias de los editores, los libros guillotinados para evitar gastos de almacenaje, la hipotecas de la fama... Asuntos curiosos, y tópicos, de muy menor entidad.
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El taller de escritura da lugar también a un noticierismo interesante sobre las ambiciones, retorcimientos, manías, malos humores y egos hipertrofiados de la gente con vocación de escritor. Las exigencias de una escritura responsable ocupan bastante espacio y muestran a los profanos los esfuerzos y requisitos necesarios para lograr la obra de alta calidad. Media docena de alumnos ejemplifican las actitudes –que van de la perseverancia al abandono– ante el reto de la creación. El muy distinto pelaje de los alumnos supone un pequeño bestiario de los impulsos que mueven a los letraheridos, y, a la vez, un muestrario de la condición humana.
Estos materiales de bastante reducido valor constituyen la base para un empeño de mayor vuelo. Alrededor del plagio se organizan explicaciones sobre las raíces profundas de la creatividad. Esta preocupación se aborda fortaleciendo la trama anecdótica. La narradora necesita la complicidad de los alumnos para culminar la obra magistral de la que ellos ya conocen las entregas seminales que Pat envió. Así la novela se anima con las condiciones retorcidas que ellos imponen. Atenta, además, Mercedes Abad a dinamizar un relato claustrofóbico, añade una trama erótica, no poco forzada aunque se justifique por el propósito de echarle carne al argumento.
Esta obra menor tiene su aliciente principal en la intriga, bien dosificada y viva hasta el desenlace
El plagio en sí mismo constituye un asunto primordial de la novela y da pie a diversas consideraciones. Se debate su legitimidad. Se plantea la mala conciencia del plagiario pero se argumenta que ofrece la oportunidad de que el fraude permita lograr una obra maestra. Al hilo de estas consideraciones, se abordan los límites entre vida y literatura, entre autobiografía y creación, entre autonomía del escritor y autonomía del texto. Al fin, la obra plagiada enreda en su misma red al propio creador.
Escuela de escritura es una novela metaliteraria que aborda con agobiante culturalismo asuntos que poco interesan o afectan a la gente común. Más que en el tema, esta obra menor y un tanto juguetona tiene su aliciente principal en la intriga, bien dosificada y viva hasta el mismo desenlace.