María Fasce. Foto: Archivo de la autora.

María Fasce. Foto: Archivo de la autora.

Novela

'El final del bosque', Premio Café Gijón: un auténtico y tenso drama familiar

La novela de la argentina María Fasce, de narración fluida y enriquecida con buenas pinceladas de humor, es reflexiva y seria a la vez que emotiva y amena. 

Más información: María Fasce gana el Premio Café Gijón con una novela sobre las miserias familiares

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Arranca María Fasce (Buenos Aires, 1969) El final del bosque con un trampantojo. En muy poco espacio se nos informa de que se ha producido en un pueblito el sospechoso atropello de un vecino. El aficionado a las novelas sabe que ese comienzo promete una historia criminal. Tal cosa, sin embargo, no ocurre.

El final del bosque

María Fasce

Premio Café Gijón. Siruela, 2025. 212 páginas. 19,95€

A continuación, encontramos al grupo de personas mencionadas en un medio rural de Argentina un tanto bucólico. El relato ha cambiado y ahora tenemos un firme impresionismo narrativo con abundante notación del paisaje y sus colores. La promesa de un suspense criminal se corta y da pie a una historia intimista acerca de tres hermanos que conviven circunstancialmente en una casa en el campo.

La intriga del atropello perdura en sordina y reducida a su esqueleto. Fasce sacrifica esta línea argumental que habría añadido un buen aliciente anecdótico, y que algo echo en falta, en aras de una historia dirigida con férrea determinación, a explorar unas almas enfermas.

Las mentes ofuscadas son las de los aludidos hermanos: Lola, la mayor, la narradora, que vive en España, escritora y de profesión editora, divorciada y madre de un joven; Juana, casada y madre de una hija, que intenta poner un punto de equilibro en las relaciones del trío, y el menor, el abogado Andrés, colérico y egoísta, inestable, bebedor, pendiente todo el día de una chica que le ha abandonado. Fuera del núcleo está el joven atropellado, Ernesto, con quien Lola mantiene una pasional relación carnal a espaldas de los hermanos.

Me parece oportuno dar estos detalles porque funcionan como los hilos de la madeja con la que Fasce anuda el conflicto de la novela, un auténtico y tenso drama. Los hermanos se han juntado para propiciar un reencuentro tras la muerte de los padres. La confraternización pronto conoce rendijas. Historias y rencores de ayer afloran. La herencia supone una gran crisis. El percance sufrido por Ernesto añade, por fin, la tensión por la cual todo explota.

La riqueza humana de la historia, la narración fluida y el estilo dan una novela reflexiva y seria, emotiva y amena

La red de relaciones tormentosas de los personajes funciona como la malla en la que María Fasce cuelga una amplia lista de asuntos. Algunos están marcados por un deseo de actualidad. Sobre todo la familia, auténtico leitmotiv de la obra, que conecta con una preocupación habitual en la última narrativa en castellano. Además de los complejos lazos familiares, fuente segura de trastornos, se traen a capítulo con mirada nada complaciente la institución matrimonial sometida a los cambios del tiempo, la maternidad y el trato complicado entre padres e hijos.

Otros asuntos, en cambio, tienen dimensión intemporal. Fasce explora el amor (que transita de la alegría a la frustración), la culpa, los desequilibrios mentales, la soledad, el impulso erótico o los celos. De ello se desprende un relato con densidad y ambición antropológicas. El método de tal indagación consiste en afincarla en la clásica novela psicologista.

La riqueza humana de la historia, la narración fluida, enriquecida con generosos apuntes culturalistas y buenas pinceladas de humor, y el estilo de cuidada claridad se conjuntan y dan una novela reflexiva y seria a la vez que emotiva y amena.