Llega a las librerías Astérix tras las huellas del grifo, el número 39 de la serie protagonizada por el pequeño héroe galo y su inseparable amigo Obélix. Se trata del quinto álbum sin la participación de sus creadores originales, el guionista René Goscinny, que murió en 1977, y el dibujante Albert Uderzo, que falleció el año pasado. Hace casi una década tomaron el relevo el guionista Jean-Yves Ferri y el dibujante Didier Conrad, que desde 2013 han publicado una nueva aventura cada dos años. Ferri ha visitado Madrid para promocionar el lanzamiento del último álbum, que edita en nuestro país Salvat en las cuatro lenguas oficiales del Estado más el asturiano. Otros trece idiomas y cinco millones de ejemplares completan el lanzamiento simultáneo del cómic en todo el mundo.
En esta nueva aventura, Ásterix, Obélix, el druida Panorámix y, por supuesto, el pequeño Ideafix, viajan a las grandes estepas nevadas del este de Europa para ayudar al pueblo sármata (antecesores de los eslavos) a enfrentarse, cómo no, a los romanos, concretamente a la expedición de legionarios que tiene como misión encontrar y capturar al grifo, el legendario animal mitad águila, mitad león, con el objetivo de utilizarlo en espectáculos para diversión del “populacho de Roma”, en palabras del propio César. Lideran la expedición el centurión Ensujugus, el venator (experto en combate contra animales) Sabiondus y el geógrafo Terrignotus, cuyo rostro es una caricatura del célebre escritor francés Michel Houellebecq.
La trama esconde “una fábula ecológica en la que chocan el materialismo de los romanos con la espiritualidad de los sármatas”, explica Ferri. El ecologismo también tenía su papel en el título anterior, La hija de Vercingétorix, cuya protagonista, Adrenalina, recordaba poderosamente a la activista adolescente Greta Thunberg, y representaba el hartazgo ante los problemas heredados de las generaciones anteriores y el anhelo de una vida en paz y armonía con el entorno.
También veíamos en aquel título cómo cobraba fuerza un enfoque más feminista, que se repite en Astérix tras las huellas del grifo, en este caso a través de las guerreras sármatas. “Es el justo reflejo de la sociedad actual”, afirma Ferri. Pero lo que vemos aquí no es exactamente el empoderamiento de las mujeres, sino una inversión de los roles clásicos del patriarcado: si según los historiadores en este antiguo pueblo euroasiático las mujeres y los hombres luchaban por igual, la historieta ideada por Ferri va un paso más allá y deja a los hombres sármatas en la aldea mientras únicamente las mujeres (acompañadas de Astérix y Obélix, porque de lo contrario no habría historia) marchan a la batalla. También son ellos los que se dedican a recoger los platos tras el banquete triunfal que, como en cada aventura de Astérix que se precie, no puede faltar.
Con respecto a la frecuente reivindicación de los personajes de Goscinny y Uderzo por parte de políticos franceses tanto de izquierdas como de derechas, Ferri explica que tanto los creadores originales como ellos siempre se han opuesto a esa apropiación política o ideológica de los personajes. "Lo que ocurre es que Astérix y los galos son el símbolo de la resistencia, de modo que cada vez que surge un movimiento de resistencia contra algo, tratan de apropiarse de ellos".
Huyendo de estereotipos
Los tebeos de aventuras clásicos han sido puesto en tela de juicio en los últimos tiempos por su visión estereotipada de los pueblos y culturas que occidente consideraba exóticos. El caso más llamativo y reciente es el del consejo de escuelas católicas de Ontario (Canadá) que envió a la hoguera 5.000 ejemplares de Disney, Tintín y el propio Astérix porque “estereotipos negativos sobre los aborígenes”. Lo hicieron como “gesto de reconciliación con las Primeras Naciones”, argumentaron.
Los nuevos responsables de la serie Astérix han tratado de alejarse de visiones estereotipadas, tantas veces motor de gags y situaciones cómicas en el pasado. “La cuestión de los estereotipos ha cambiado con la historia. Ahora es más difícil jugar con los caracteres de cada país, hay más susceptibilidad”, señala Ferri. Dice el guionista que podría haber elegido un país concreto como Rusia para esta aventura, lo que le habría permitido jugar con referencias a las épocas zarista o soviética, pero para no meterse en ningún jardín ha preferido enviar a Astérix a un territorio que existe pero que hoy se corresponde con varios países de la zona, de modo que hay elementos de distintos folclores desde Mongolia hasta Ucrania. El resultado son personajes en su mayoría rubios con un estilo de vida nómada, que viven en yurtas, son expertos jinetes y beben leche fermentada de yegua.
Respeto a los creadores
¿Qué rasgos de Goscinny y Uderzo perviven en las nuevas aventuras de Astérix y sus amigos? “Lo que yo he tomado de Goscinny es el ritmo y la manera de hacer llegar el gag al lector”, señala Ferri. También ha continuado uno de los rasgos más característicos de la serie: “los juegos de palabras, algo que ya no se encuentra en otros cómics”. De hecho, esta marca de la casa que se ve sobre todo en los nombres de los personajes es uno de los mayores quebraderos de cabeza para los traductores, ya que muchos de ellos solo tienen sentido en francés. “Cuando no se puede se busca el chiste en otro lado”, explica María José Guitian, editora de la serie en España. De su colega Conrad, Ferri opina que ha sabido captar el estilo de Uderzo, donde es muy importante “la expresividad y la fuerza” de los personajes.
Aunque este es el quinto álbum firmado por Ferri y Conrad, en la cabecera de la portada siguen apareciendo, a ambos lados de “Astérix”, los nombres de los creadores originales, mientras que los de los nuevos responsables de la serie aparecen más abajo, con un cuerpo de letra diminuto en comparación. “Para mí, la cabecera es inmutable, un logo como el de Disney, y el nombre de los autores originales forma parte de él”, opina Ferri. Así que, de momento, parece que el nombre de los creadores originales seguirá vigilando desde las alturas que sus queridos personajes encuentren nuevas aventuras sin perder su esencia.