Novalis. La nostalgia de lo invisible
Antoni Pau
30 abril, 2010 02:00Novalis. Foto: Archivo
En esa dirección editorial que conjuga siempre la calidad literaria con el afán de trascendencia en obras y autores, ha tenido mucho que ver Antonio Pau, que nos ha ofrecido hasta el momento una trilogía de estudios o monografías de una gran claridad y hondura en el análisis, y modélicas al conectar con el ser y el mensaje primordial de los poetas. Así, nos ha entregado Rainer María Rilke. La belleza y el espanto (2007), Hölderlin. El rayo envuelto en canción (2008) y ahora Novalis. La nostalgia de lo invisible (2010). Subraya así este estudioso y traductor no sólo una línea ineludible de la poesía europea, sino particularmente de la alemana. Pau no ha seguido los caminos analíticos al uso sino que se ha esforzado por revelar el esencial mensaje de cada autor; primero, a través del prisma de sus vidas; luego, por medio de la aproximación con sus obras e intercalando, en versión bilingüe, poemas y prosas, los ejemplos imprescindibles.
Repite su método en este Novalis, de menor extensión porque breves fueron los 29 años de vida del poeta (1772-1801). Reparando en esta brevedad, no he tenido por menos que pensar en la de un músico que escucho en estos días, Pergolesi, el cual, como Novalis, también muere de tuberculosis a los 26 años. Sólo pocos días antes había compuesto su prodigioso Stabat Mater. Algo parecido acaece con las dos obras centrales de Novalis,su novela Henrich von Ofterdingen y sus Himnos a la noche, escritos un par de años antes de su muerte; la primera, inacabada y la segunda, la única del autor publicada en vida, en 1800, en el último número de la revista Athenaeum.
Pau repara en dos claves primordiales de ambas: la ruptura del género literario en la primera y en el carácter de obra única de la segunda. Pero no le pasa inadvertido otro aspecto de Novalis: el pensamiento que late en su obra; revelado en sus poemas, pero especialmente en una serie de aforismos que Pau se detiene a seleccionar y traducir: sobre todo los que son indicadores de una Poética ambiciosa. No olvidemos que Novalis fue geólogo, y ello nos lleva a reparar en ese diálogo con otras formas del conocimiento, que también fue consustancial a ese romanticismo. Este rescate iluminador de la figura de Novalis es un nuevo y excelente revulsivo en estos tiempos del plano sentir y pensar, de la poesía disminuida como género, bien por una excesiva erudición, bien por su renuncia al mensaje y a los valores, a la misión de un género que adquirió en la Europa de los albores del XVIII una de sus cimas más elevadas. Gracias a la luz de aquellos "faros" seguimos sin extraviarnos hoy en el huero "bosque" de las palabras que ni inspiran ni son inspiradas.