Almudena Guzmán. Foto: Jesús Domínguez
Este alegato contra la injusticia, la desigualdad, a favor, podría decirse, de un humanismo de verdad se dice de un modo que incluye numerosas referencias culturales, literarias o históricas y es, por tanto, a la vez una reivindicación de la cultura (o humanismo) y van más allá de ser adornos. Gregorio Samsa, Kropotkin, Dreyfus-Zola, Rousseau son sólo algunas de las que se insertan, pero estos dos versos, "Enviar currículos griegos / a los fenicios", la cultura frente a los mercaderes, resumen bien esta mixtura de realismo y culturalismo que se resuelve en unos poemas tan efectivos en sus asuntos cuanto poéticos por su dicción, por su ironía.
En "De lo privado" la mirada se centra más en el propio sujeto y se habla del deterioro de la edad con el descubrimiento de la primera cana o cómo al ver las puntadas o heridas en la ropa lo son del cuerpo, pero alcanza también a los otros y, así, las personas con las que el personaje se cruza en el aeropuerto le recuerdan los recortables y hablan de una deshumanización general. Como en la sección anterior, también en ésta abundan las menciones o alusiones culturales, entre otras, Esther Williams o las canciones de Demis Roussos, y tampoco falta la ironía que en ocasiones da en humor, contrapunto a la visión negativa que se tiene de la realidad, de la propia y de la ajena, tanto que la esperanza es nombrada como un "espejismo".
Almudena Guzmán (Navacerrada, Madrid, 1964) es una autora que ha demostrado siempre sus dotes poéticas en sus publicaciones, entre ellas, el inolvidable Usted, y este libro no hace sino ratificar su conocimiento de lo que la poesía ha de ser. Excelente.