“La nieve sobre el campo y los caminos/cayendo está como sobre una fosa”. Acaban de descolgar y al otro lado del teléfono alguien recita unos versos de Machado mientras una madre y su hijo desayunan. Esta rutina diaria es una de las tantas que emocionan a uno de los promotores de Poesía de Emergencia, Edu Bernal. Él, junto a su otra mitad, Fede Nieto, hizo nacer este proyecto en Barcelona el día de Sant Jordi de 2018. Desde entonces, no ha parado de crecer.
Ninguno de los impulsores se dedica a la rima, pero ambos la aman. Nieto publicó hace unos meses el libro Niño Anómalo, mientras que Bernal es gestor cultural. Los dos estaban organizando la programación del teatro L’Horiginal, cuando decidieron acercar la poesía a la gente. Entonces, contrataron una línea de teléfono y se hicieron con un viejo terminal de Nokia. Medio año después, ya habían conseguido que participaran 10 voluntarios y que se empezase a conocer el proyecto. Actualmente, tienen 4 móviles repartidos en Barcelona, Granada, Pamplona y Madrid, que ya han sido gestionados por más de 300 personas y que suenan entre 80 y 90 veces a la semana. "Sin embargo", reconoce Bernal, "hemos tenido picos de 800 llamadas en tres días".
Desde el primer momento ha sido un proyecto autogestionado totalmente, aunque en verano abrieron una cuenta en una plataforma de micromecenazgo en la que se pueden hacer donaciones desde la irrisoria cifra de un euro. Además, el Ministerio de Cultura les concedió el premio al mejor proyecto de fomento a la lectura de junio de 2019, lo que ha derivado en una mayor visibilidad. Aún así, Bernal reconoce que “la línea la seguimos pagando nosotros”.
Para participar de manera activa en Poesía de emergencia y poder declamar versos desde el otro lado del auricular, es necesario apuntarse en una lista que se puede encontrar en la propia web o contactar directamente con los coordinadores de cada ciudad. No es necesario ser poeta; basta con poder recitar. “A veces se lee la letra de alguna canción”, dice Bernal. La persona tiene el móvil durante una semana porque si fuera más tiempo “no podría atender todas las llamadas y no disfrutaría de la experiencia”. Además, los voluntarios tienen un decálogo de recomendaciones para contestar correctamente.
Hay momentos que han dejado sorprendidos a los propios creadores. Por ejemplo, Bernal cuenta que en muchas ocasiones llaman profesores que ponen el altavoz para que los alumnos escuchen nuevos poemas con los que iniciar el debate en clase. En otras ocasiones, son personas que se encuentran esperando la cola del supermercado, que van a empezar una reunión o que, sencillamente, quieren escuchar poesía mientras caminan. “A veces creo que es una burbuja y que sólo van a llamar una vez”, cuenta el barcelonés, pero “igual hemos creado una necesidad en esa gente” que acude al teléfono a diario.
A largo plazo esperan que el proyecto despegue de tal manera que Bernal y Nieto puedan desvincularse y dejar paso para que esta iniciativa crezca y vuele con nuevas ideas. Cuando parece que la poesía muere, vuelve a revivir con más fuerza que nunca. Ahora, al otro lado del teléfono y en cualquier momento. Si marcamos el 659 861 032, tendremos a cuatro personas deseosas de hacernos llegar el mejor verso.
NORMATIVA PARA VOLUNTARIOS
1.- Cuida del teléfono.
2.- Mantenlo encendido el máximo tiempo posible.
3.- Evita interactuar.
4.- No hacer llamadas, ni enviar SMS, el proyecto no tiene fondos y ya es complicado pagar la tarifa básica.
5.- Al descolgar: “Poesía de Emergencia” (en catalán o en castellán, o como te sientas más cómodo).
6- Lleva contigo un libro de poesía toda la semana, (escoge alguno que te apetezca) y no descuelgues hasta que lo tengas abierto por el poema que quieras recitar (aunque algunos tenemos muy buena memoria, nos falla en el momento más comprometido).
7.- Intenta que el poema no sea demasiado largo, no debería llevarte más de 3 minutos.
8.- Al colgar: “Tenga un buen día o buena noche,…”.
9.- Bajo la carcasa que oculta la batería hay un teléfono de contacto, un mail y el pin del teléfono por si fuese necesario.
10.- Lleva un adhesivo a tu librería favorita y háblales del proyecto, ahora también formas parte del proyecto.”