La poeta Olvido García Valdés ha ganado este miércoles el XXI Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, convocado desde 1992 conjuntamente por Patrimonio Nacional y la Universidad de Salamanca. Se trata del galardón de poesía más importante en lenguas española y portuguesa, dotado con 42.100 euros más la publicación de una antología de sus poemas y unas jornadas académicas en torno a su obra.
García Valdés (Santianes de Pravia, Asturias, 1950) es una de las poetas más reconocidas de la literatura española contemporánea. Profesora de secundaria jubilada, ocupó durante un año —de 2018 a 2019— el cargo de directora general del Libro y Fomento de la Lectura del Ministerio de Cultura y Deporte.
Este nuevo reconocimiento se suma a otro de los premios más importantes de poesía iberoamericana: el Pablo Neruda, que recibió el año pasado. Y en 2007 obtuvo también el Premio Nacional de Poesía.
Alegría, agradecimiento y extrañeza
Minutos después de recibir la llamada de la presidenta de Patrimonio Nacional, Ana de la Cueva, para comunicarle la decisión del jurado, García Valdés atiende a El Cultural por teléfono y enumera todas las sensaciones experimentadas al conocer la noticia: "susto, alegría, agradecimiento y extrañeza".
Aunque más le extrañó recibir el año pasado el Pablo Neruda, al estar concedido por un jurado enteramente latinoamericano. "Ese sí que me chocó enormemente. Una nunca tiene la sensación de que se conozca tanto su trabajo tan lejos", afirma, siempre humilde y extremadamente amable en el trato.
"Nunca he sentido que haya tenido una carrera literaria. Para mí la escritura ha ido por otros derroteros", explica la autora, que de hecho empezó a publicar a los 35 años, bastante tarde para lo habitual. "Siempre digo que si la vida merece la pena es por el trabajo que hacemos con nosotros mismos a lo largo de ella. En mi caso ese trabajo ha tenido un canal que es la escritura de poemas, y eso nunca tuvo nada que ver con los reconocimientos".
García Valdés ha sido seleccionada por unanimidad por el jurado de esta edición del premio, que ha destacado que sus textos “adquieren desde la connotación y la sugerencia una honda trascendencia”. También ha destacado de la poeta su “sintaxis enteramente personal, con la que busca el despojamiento, la desnudez y el esencialismo”.
El fallo del jurado lo ha hecho público Ana de la Cueva desde el Palacio Real de Madrid. La presidenta de Patrimonio Nacional ha calificado a la premiada como “una voz propia, diferenciada y reconocible”. Ha añadido también que es una “poeta de las emociones y de la reflexión ontológica, intimista y metafísica”.
Ricardo Rivero, rector de la Universidad de Salamanca (USAL), ha destacado que este galardón se entrega “en un momento en el que necesitamos la poesía, necesitamos la gracia, la utopía, la piedad y la empatía”. Según Rivero, son tiempos de “evitar cualquier discurso, cualquier texto de desconsideración, de odio, de no aprecio hacia las personas... Y esto nos lo aporta la poesía de Olvido García Valdés”.
Una escritura "intransitiva"
García Valdés agradece "enormemente" estos elogios pero reconoce que "una nunca se piensa en esos términos". Así que dejamos que sea ella misma quien explique cómo concibe su propia poesía: "Nunca he sentido mi escritura como comunicativa. Tal como yo la veo es más bien intransitiva, en el sentido de que uno escribe para sí mismo. Como lectora tengo a menudo la sensación de que a muchos poetas les pasa igual, aunque luego, de alguna forma rara, sus poemas nos llegan como si fueran nuestros".
A ese intercambio entre autor y lector que casi podríamos llamar fortuito, García Valdés no lo llama comunicación, sino "contacto". "Es algo que me ha sucedido en algunas lecturas públicas. A veces tengo la sensación de que efectivamente se ha producido un contacto con algunas personas presentes".
El último poemario de la premiada, titulado Confía en la gracia, se publicó en 2020 y recogía el trabajo de ocho años. Salió casi simultáneamente a una antología llamada dentro del animal la voz (así, con una modesta minúscula inicial que refleja su manera de concebir la poesía). Cuando preparó su anterior antología, en 2008, se dio cuenta de una cosa: "la cohesión entre los distintos libros", y no es una cohesión que otorgue el estilo, aunque la haya, sino a "un hilo que va tejiendo los poemas y que no debe de ser otra cosa que el propio hilo de la vida".
Desde que comenzó la pandemia la escritora no ha publicado nada nuevo ni tiene nada en marcha. "La pandemia me ha dejado bastante callada. Depende de cada poeta. La escritura es variadísima como motor y resultado en cada persona. Depende de ciclos. Y en mi caso me encuentro en un ciclo vitalmente silencioso desde hace algún tiempo", reconoce.
García Valdés nunca tuvo vocación política, pero cuando José Guirao le propuso ser directora general del Libro y Fomento de la Lectura, le pareció "una propuesta intersante". "Siempre nos quejamos de lo mal que está todo y es habitual que alguien pregunte '¿y qué harías tú?'. Aquella era una oportunidad para demostrarlo".
No obstante, recuerda la frustración de no contar con un presupuesto para llevar a cabo sus ideas. Hay que recordar que aquel Gobierno había recuperado la dirección general del Libro, que había sido suprimida por el anterior, pero como no se pudieron aprobar nuevos presupuestos y se tuvieron que prorrogar los anteriores, su departamento no contaba con una asignación de fondos para poder trabajar.
Aquello dio lugar a una situación "incongruente" y finalmente decidió dimitir, a pesar de que el sector del libro tiene "unas carencias verdaderamente tremendas en este país nuestro". Entre estas, menciona a modo de ejemplo la "ausencia de un centro nacional de traducción o de un centro de documentación donde los escritores puedan dejar su legado".
Además de poeta, García Valdés es ensayista y traductora. Es licenciada en Filología Románica por la Universidad de Oviedo y en Filosofía por la Universidad de Valladolid. Fue directora del Instituto Cervantes de Toulouse y miembro del consejo editor de la revista El signo del gorrión. Desde 1987 ejerce de codirectora en la revista Los Infolios.
Además de este Reina Sofía, el Pablo Neruda y el Nacional de Poesía, García Valdés obtuvo también el Premio Ícaro de Literatura en 1990 —por su libro Exposición— y obtuvo el Premio Leonor de Poesía en 1994 por Ella, los pájaros.
Entre sus libros destacan títulos como Lo solo del animal (2012), Del ojo al hueso (2001), Caza nocturna (1997), Ella, los pájaros (1994) y El tercer jardín (1986). Sus poemas se han recopilado en antologías como La prueba del nueve, Ellas tienen la palabra, Antología de poesía española o El último tercio de siglo, 1968-1998. Antología consultada de la poesía española. Sus obras han sido traducidas al francés, inglés y alemán.