Opinión

Mortal y negro marzo

La papelera

28 marzo, 1999 01:00

M ortal y negro marzo. José Agustín Goytisolo ha dejado la vida trágicamente y el mundo literario especula sobre su muerte. Ese mundo que no sabía de pasiones apacibles, ni de ternuras de abuelo embelesado. ¿Deprimido? Como siempre. No más que nunca. Y, sobre todo, dicen los suyos, a punto de recibir la visita de su nieto. ¿Suicidio? Los amigos y la familia al menos lo dudan. Porque nadie lo sabe. José Agustín Goytisolo es el último (ojalá) de este marzo sangriento.

¿H ay algo que excite más que la lista de los libros más vendidos de todo un año y en todo el mundo? Los editores saben que no. Hace tiempo que el mercado seduce a la literatura con sus listas y ya sabemos todos que el medio es el mercado. En todas partes, porque en todas partes cuecen listas. En Francia se pavonea la última. La prestigiosa revista Lire da cuenta de los diez autores que durante 1998 han conseguido vender más libros, y se pueden imaginar que las cifras superan en todos los casos las seis cifras. Junto a los diez agraciados (casi todos anglosajones y buenos vendedores también por nuestros lares), la revista abre un debate sobre la mundialización de la literatura que para muchos intelectuales supone un peligro. ¿Un peligro? Ya se lo imaginan: leeremos lo que el imperio quiera. Pero volvamos a 1998 y a sus best-sellers: and the winners are John Grisham, Paulo Coelho, Christian Jacq, Arundhati Roy, Frank McCourt, Danielle Steel, Nicholas Evans, Patricia Cornwell, Luis Sepúlveda y Jostein Gaarder.

H ablando de las famosas listas que a tantos quita el sueño, la verdad es que los suplementos se lo están poniendo cada día más difícil a los libreros. ¡Con lo bien que calculaban ellos, a ojo de buen cubero, que era lo más vendido o lo más correcto! Ahora también les piden lo más en poesía, utilidades, bolsillo... Todos afinan, y hay quien incluso da la nota, publicando las listas, sin duda menos ingratas para los de casa, de Brasil, Italia, Filipinas. De interés general.

Stockhaussen nos visita para ese estupendo ciclo de Promúsica. él compone en otra onda muy distinta a la de Mozart, pero los enredos de "Las bodas de Fígaro" no le son muy ajenos. Que lo pregunten en el hotel donde se aloja. Un botones me cuenta que tiene varias habitaciones reservadas y que sus ocupantes -familia estrecha- no deben encontrarse.

La cita es el día 6 en Pontevedra, tal vez por descentralizar lo ya descentralizado. Les cuento: la entrega de los premios nacionales, este año Jacobeo, debía celebrarse en Galicia. Bien, pero no en Santiago, sede de la Xunta, ni siquiera en Coruña, que para eso tiene alcalde socialista. En fin, la cita es en Pontevedra y Pere Gimferrer ya trabaja en el discurso de agradecimiento que, trufado de erudiciones galaicas, leerá en nombre de los premiados, recuerden: Juaristi, Muñoz Rojas, Bryce (al que no se le espera) Gonzalo Anes y otros académicos de la Historia, Chus Visor por Visor y Federico Ibáñez por Castalia, Eduardo Sotillos, Elvira Lindo...

El reaparecido Esteban Vicente vuelve a estar entre nosotros con sus noventa y tantos bien erguidos. Acaba de donar una docena de obras al Reina Sofía y ha paseado por Madrid, con esa especie de fueraborda que es Harriet, su mujer, siempre a su lado, cerquísima. Vicente llegó y no paró: por la mañana al Museo -entrega de obras e imposición de la Cruz de Alfonso X el Sabio- y por la noche a la presentación de la Fundación Serralves de Oporto. Todos -allí estaban Todolí, María Corral, Rosina Gómez-Baeza, Julián Trincado, Ana Martínez de Aguilar, Elvira González- querían su conversación neoyorquina y segoviana, según qué ratos.

L os melómanos son incansables. Ahora deslizan en mi papelera una pregunta sin respuesta: ¿por qué va a tocar el violín en la proxima temporada de la Orquesta de la RTVE un tal Ronny Rogoff? Las lenguas hablan de favores a Anabel, la hijísima de adivinen ustedes quién.
El nombre que ahora digo es el suyo: Antonio Soler, razonable de corazón, no ha podido recibir mejor la Primavera. Su historia de amor con el trasfondo de la guerra civil, y su reivindicación de la dignidad en la derrota merecían los veinticinco millones del premio. Sin tahúres. No lo duden: era el mejor. Aquel "Modelo de Pasión" ya me lo dijo.

A rthur Miller se lo está pensando. Al dramaturgo americano le han propuesto por partida doble montar otra vez en España "La muerte de un viajante". Por un lado, le quiere traer al Bellas Artes José Tamayo, que ya montara la obra, como saben, hace demasiados años, y, por otro, el Centro Dramático Nacional se pone a sus pies. A sus amigos españoles, que son los nuestros, les pide consejo.

Guillermo Heras se ha marchado a Argentina a vender nuestro teatro. Ha volado hasta allí, por encargo del Ministerio, para montar unos seminarios, con la idea de hacer luego lo que los argentinos llaman "semimontados". O sea, una lectura dramatizada sin la producción acabada, que resulta más barato. Se estrena con Ernesto Caballero, que esta temporada ha ofrecido un gran montaje en Madrid -"Santiago de Cuba y cierra España"- aunque el público apenas se haya enterado. Y un aviso: ojo con el Caballero. El joven Ernesto comenzará el verano en las verdes praderas británicas de Stradford Upon Avon con la Royal Shakespeare Company, y ni se imaginan cómo otoñará.
A llí debería acampar una temporadita la Compañía Nacional de Teatro Clásico que, en contra de lo rumoreado, no tendrá la temporada próxima ni burladores ni Períbañez que llevarse a las tablas. Tampoco la dirigirá Gutiérrez Aragón, ni extranjeros de prestigio. Lo hará Gerardo Malla, que pondrá en escena "Entre bobos anda el juego". Para la segunda producción de la temporada, el elegido es Mario Gas, que se está pensando el título. Algo me dice que tendrá que ser un Calderón, que en el 2.000 será su cumpleaños.

José Ramón Encinar acaba de cumplir años -¡felicidades!- entre concierto y concierto. Como es hombre de temple y de carácter callado no ha protestado por la faena que le han hecho en Estrasburgo, evaporándole un concierto. Aquí se ha cumplido aquello de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra… lo malo es que también dicen que no hay dos sin tres. Así que, querido José Ramón, ojo y al parche.

Uno de los directores más esperados de la temporada era Simon Rattle. Vino con su Orquesta de la Ciudad de Birmingham y planteó todo un reto: una pieza de un tal Maw de hora y media sin pausa ni para toser, que ya es decir. él también lo entendió así y se largó una charla en inglés, traducida por José Luis Pérez de Arteaga, explicando la obra, casi tan larga como la susodicha pieza. (Lo de contar los conciertos se está poniendo muy de moda entre los que se celebran en casas particulares, práctica por otro lado cada día más frecuente entre los vips). El caso es que parte del público aguantó estoicamente su palabra y su batuta, la de Rattle, pero cierto es también que la riada saliendo de la sala era cada vez más caudalosa.

Cuantas veces uno desea que alguien deje el cargo que ocupa! ¡Cuántas luego se hace verdad aquello de "otros me harán bueno"! Pero esta vez, si se confirma el adiós, desgraciadamente se perderá una gran profesional a la que quien la suceda no la tendrá que hacer buena, porque ella lo ha sido siempre. Tanto como que la correspondía haber ocupado responsabilidades mayores. Me cuentan que Cristina Vázquez, la responsable de producción en el Teatro de la Zarzuela, desea irse para dedicarse a ser más la señora de Alberto Zedda. Si ella lo quiere así, reciba mis mejores deseos para la nueva etapa de su vida, pero sepa que muchos la vamos a echar de menos.