Opinión

Libelos y libélulas

La papelera

7 junio, 2000 02:00

Un caballito diabólico recorre los cenáculos literarios. Nadie perdona a Sánchez Dragó que pusiera en la picota estatal, con púgiles de segunda, lo que todos consideran un libelo maldito, un insecto odonato, una mala pécora de papel. Mi colega el de la Fiera Literaria está que besa la caspa que le sobra al dragoniano. La mecha prendió y estalló en Oviedo, en pleno centro de la excelencia.

Y hablando de fieras. El nuevo equipo ministerial tendrá que hincarle el diente al precio único para el libro. Yo, inocuo terrorista literario y poco sospechoso de conservadurismo, apuesto por extirpar ese quiste. Los editores rompieron a dentelladas con Rodríguez Lafuente siendo director general del Libro. Su sucesor, de los de Lanzas en astillero, rocín flaco y galgo corredor, tendrá un duro hueso que roer.

Con tanta libélula suelta no veo bien el camino. Todo se confunde. Me cabrea Cabrera Infante en los cien años de Vogue y me sorprende Michel en una galería de fama en Madrid. Más perplejo aún me deja un crítico preocupado visceralmente por las celebraciones futbolísticas. Sin embargo, Javier Marías glosa la épica y la ética de lo mismo en una salvaje y sentimental antología. Unos tanto y otros... tan blancos. A lo que parece, la frivolidad y el buen gusto empatan a cero.

Mucho más serio me ha parecido el excéntrico Terenci Moix. Sin darme cuenta he caído en las redes de su página en Internet. Gracias a que sus excesos me caen simpáticos no he llegado a tronchar mi espina dorsal contra el ordenador. Páginas hechas a toda prisa para la Feria del Libro, reediciones, firmas de infarto y una "cubierta" de antología: un descamisado William Holden con cabeza de Terenci lanza un lápiz como si fuera una jabalina. Le he visto muchas veces pero nunca tan olímpico. Enhorabuena, como diría el clásico, sin web no somos nada.

Quien tampoco se "resiste" a caer en la red de redes es Ernesto Sábato, que ha filtrado íntegramente su última entrega al gran hermano mediático. El experimento, gracias a Clarín, mantiene en ascuas a sus editores.

ADaniel Martínez, copiloto de Focus, le he pedido cita con el psicoanalista. Denuncia falta de apoyo al teatro privado cuando en Madrid se está adueñando del público, al menos eso me dicen los teatreros preocupados por sus clásicos, ya saben. Y encima llama autista a los que han puesto viento en su popa. Su acrobacia merece carpa en la Plaza del Rey.

Lo adelantaban estas páginas: Andrés Ruiz Tarazona, director general del INAEM sietemesino, sería acogido de nuevo por la Comunidad de Madrid. Pues bien, Alicia Moreno ya se ha puesto en contacto con él para que trabaje en varios proyectos musicales de la Consejería. Estos son también los días en los que ya se dispone de la grabación definitiva de Merlín de Albéniz, con Plácido Domingo a la cabeza, en cuya gestión intervino Ruiz Tarazona.

A los nuevos responsables de Cultura no les van a dejar ni respirar en el Teatro Real y es que no tiene nada de extraño. A estas alturas todavía no se ha aprobado la programación completa de la próxima temporada, sin la que no pueden ponerse a la venta los bonos. Para colmo existe una amenaza de huelga de la mayor parte del personal para mediados de mes.

M ás sobre la gran casa. Para enfado ,el del director artístico del Real, García Navarro, a quien en el teatro están queriendo ningunear. Cuando gerente y director administrativo partieron para la toma de posesión de Amorós nadie le quiso avisar para que asistiese.

Adivina adivinanza: ¿Se imaginan qué secretario de Estado se durmió durante la irreverente presentación de un libro muy cerca de su ministerio? Hubo cocido previo y, claro, naturaleza obliga. Dos pistas: fuera de vigilia su cabeza estaba muy cerca de Aragón y no fue durante el recital poético de su hijo Alvaro en Libertad, 8. Qué fácil.

Sigue la tensión en el mundo del séptimo arte. Mientras, continúan las especulaciones y las "amenzas" de lo que ha de llegar. No es que el cine español vaya a desaparecer, como vaticinaba mi maestro Luis G. Berlanga, pero sí permanezco con la oreja pegada a las cuotas y a las subvenciones.

Juan PALOMO
PD: El artículo de Carmen Hernández Pinzón sobre la escultora Marga Gil, publicado en Abc, era espléndido, que conste. La risa procedía de la ridícula desaparición de nombres a que fue sometido el excelente artículo. A cada uno lo suyo.