Opinión

Cine o Sordina

La Papelera

1 noviembre, 2000 01:00

Cuanta sordina. La cultura atraviesa unos momentos sedantes. Las convulsas aguas del pensamiento y la creación se están amansando ante tanta anestesia. Nadie se mueve no vaya a ser que salga mal en la foto o no llegue ni siquiera a salir. El único que mueve el cotarro, y no sé si con tino, es Javier Marías, que arrea sin el don de la oportunidad en sus artículos semanales. Todo, menos seguir entreteniendo el patio con más plagios. Los que sí parece que se mueven son los del séptimo arte. Ya lo dijo Cabrera Infante. Cine o sordina. Ya ven qué tiempos.

Mientras, continúa silenciosa la diáspora de intelectuales vascos. Ahora le toca el turno a Aurelio Arteta que se ha instalado en la universidad norteamericana. Antes fueron otros. Imanol, Azurmendi, Juaristi... Brecht llevaba razón. Al final nos acaba tocando a todos. También a ellos.

Y Javier Marías, al ataque. Como ya saben, acusa nada menos que a Juan Manuel de Prada de plagio. Después de un par de años, se ha decidido a escribirlo, a vomitarlo, vamos. Todo está en la novela ganadora del Planeta de Prada, La Tempestad. Sostiene Marías que en ese texto hay tres o cuatro frases literales de su libro... En fin, una pataleta más cuando todos sabemos que Prada es una caja registradora que procesa todo lo que lee.

Y es que aquí no se libra nadie, ni el mismísimo Don Mario. Un antiguo corresponsal de la revista "Time", Bernard Diederich, ha demandado a Vargas Llosa por plagio de su reportaje histórico Trujillo: la muerte del chivo (1978). Al parecer, Diederich se equivocó al describir un modelo de coche de 350 centímetros cúbicos, en vez de 3.500. Bien, pues Vargas Llosa describe ese automóvil, con el que se cometió el tiranicidio, mencionando en el mismo orden sus características y repitiendo el mismo error. Vamos, otro sincero homenaje.

Para homenaje, el que algunas librerías hacen a Los Beatles. Pero me pregunto por qué se exige al comprador que rellene una solicitud de reserva de Antología en el instante mismo de comprarlo. ¿Quizá para justificar las cifras de reservas (10.000) dadas en la campaña de promoción?

La tentación siempre trabaja arriba. Si no que se lo pregunten al jurado del Premio Nacional de Teatro, que concede el Ministerio de Cultura. No supo hasta el instante de intentar localizarlo que el ganador estaba muy cerca... en el mismo Ministerio, donde Domingo Miras trabaja desde hace años como funcionario. Todo queda en casa.

Hablando de esa Casa. El Secretario de Estado, mi amigo Luis Alberto de Cuenca, cumplió en las Islas Mauricio con lo políticamente correcto. Terceras nupcias en el país de las maravillas. Don Juan, don Juan... en el matrimonio nada más.

Más sobre el mundo de las tablas. Me cuentan que lo del Lliure está difícil de roer. Un paso adelante ha sido el nombramiento de Josep Montanyès como director, pues al menos aclara quién será el interlocutor que negociará el futuro de la institución. Pero los 2.000 millones que pedían los del Lliure están más difíciles, incluso la mitad que proponían las instituciones. Boadella ya ha dicho que mientras no se convierta en un teatro público (ahora es una fundación privada sufragada por las administraciones), no sólo no colaborará con ellos sino que hará oír su voz contraria.

El mundo del cine está que arde. Andrés Vicente Gómez, movidas sentimentales aparte, transforma su entorno profesional. Margarita Kramer monta chiringuito de comunicación propio y ya tiene las espaldas cubiertas con Zebra Producciones, o sea con Antonio Saura Medrano. Habrá competencia, querida, y no pierdas de vista a los chicos de Toma Previa.

También las editoriales andan a garrotazos por las presentaciones de sus novedades: mientras el 8 de noviembre Plaza-Random reúne a Isabel Allende y Concha García Campoy, Alfaguara hace lo propio con Gonzalo Suárez y Manuel Vicent. Se admiten apuestas...

De película. Como lo que le espera a Cambreleng en la que puede ser su semana de pasión, clave para el Teatro Real...

La que montó mi admirado Garci en el estreno de You’re the one. Toda la cúpula del Gobierno (Aznar, álvarez Cascos...) y la farándula, al completo, en la que ya incluyo al mismísimo Carrillo. Lo único que faltó fue el homenaje a Jesús Puente (el doctor Bermann en la peli) desgraciadamente fallecido ese mismo día. Se lo hago desde aquí.