Opinión

Alfaguara en un llano...

LA PAPELERA

6 diciembre, 2000 01:00

Guadalajara en un llano, México en una laguna. Mejor, en Torrelaguna, que diría el cantor (que naturalmente habremos visto en Canal Plus, leído en "El país" y escuchado en la Ser). Sí, allí, en la sede madrileña de Alfaguara y Santillana, aún no se creen lo bien que les fue la Feria mexicana, con la complicidad de los chicos de Luis Alberto... porque nadie podía soñar que los señores del Ministerio de Cultura, acaso cargados de peyote y mezcal, encargasen el libro de los Libros y letras de España a gentes con más prisa que vergöenza. Alucinante.

La resaca de Guadalajara, cruda la llaman allí, me dura aún. Acabo de llegar y aún no me explico cómo la Dirección General del Libro, melindrosa y políticamente correcta ella, les ha hecho el juego a los de siempre de esa manera. Que el premio al mejor editor no recayese en Herralde no es una anécdota, sino un síntoma de lo que hay. Menudo capítulo a añadir en sus calentitas (fondo y formas) Opiniones mohicanas.

Recién aterrizado, veo que ya han leído mucho sobre el famoso libro coordinado por Carlos García Gual, pero vale la pena que se detengan en algunas de sus carreteras secundarias.Les acerco lo que ahí aparece para que no me vengan con que si Juan Palomo dice o Juan Palomo deja de decir:

"Entre los autores consagrados, quizás el más controvertido haya sido Camilo José Cela, cuyas últimas obras han sido recibidas con división de opiniones, con escaso entusiasmo. En cambio, Juan Benet, fallecido en 1993, parece haberse consagrado definitivamente como la primera referencia de algunos de los más brillantes escritores actuales. Su lección, digámoslo así, ha sido la de la complejidad y la de la exigencia, la de la búsqueda de un estilo propio para plasmar a través de la ambigöedad y la abstracción su visión mítica de España".

No tiene desperdicio. Según Fernando Valls, crítico de "El país" y responsable de las páginas sobre narrativa: "En artículo literario [...] hay cuatro maestros indiscutibles: Rafael Sánchez Ferlosio, Manuel Alcántara, Francisco Umbral y Manuel Vicent (su A favor del placer, 1993, es un libro imprescindible para entender esto)", escribe al celebrarlo por segunda vez, aunque a Umbral sólo se le cite como novelista de pasada.

Sí, confieso también que he pasado noches en Jalisco paladeando las increíbles ausencias y las reiteradas presencias. Las dos menciones y seis entusiastas líneas sobre Juan Benet (Alfaguara); las otras dos citas y nueve líneas sobre Javier Marías (Alfaguara); las cuatro menciones y seis líneas de Luis Mateo Díez (Alfaguara); las 3 y 5 de Muñoz Molina (Alfaguara); las 4 y 4 de Juan José Millás (El país, Alfaguara); mismo espacio y menciones que José María Merino (Alfaguara), y Vila-Matas (El país, Alfaguara). ¿Ausencias? Clamorosas: como narradores no existen Arrabal, Juan Manuel de Prada, Javier García Sánchez, Espido Freire, Martínez de Pisón, Racionero, Sánchez Dragó, Bonilla, Armiñán, Benítez Reyes, ángeles Caso, Puértolas, Lourdes Ventura, Antonio Gala...

Lo mejor es el final: "Creo que no es pecar de optimista si afirmo que nunca, en la historia literaria española contemporánea, se había producido un tan alto nivel medio de calidad. Para el lector quizás el problema estribe [...] en no dejarse deslumbrar siempre por los escritores mediáticos". Buen consejo, amigo Valls, pero aplícate el cuento. Claro que con libros como éste no me extraña que los asistentes a la Feria realizasen preguntas existenciales como la que me hizo uno (sin saber mi nacionalidad, claro) ante la intervención de Merino: "Oiga... ¿y quién es ese cuate?"

Lo mismo me repetía en mis desternilladas noches mexicanas al leer el capitulejo de poesía, a cargo del omnipresente García Jambrina, llamado también el guisante verde por aquello de que últimamente está en todas las guarniciones. Reverencial, genuflexo con el poder, Jambrina ningunea antologías y antólogos. Menos la suya: "Y, desde luego -escribe, pág. 76-, no puedo dejar de mencionar una reciente antología de este grupo en una colección bastante popular. Se trata de La promoción poética de los 50, preparada por Luis García Jambrina". ¡Oh, es él! Juro que es cierto y que la referencia no queda aquí. Más adelante recomienda la última antología de Pere Gimferrer, "preparada -sorpresa, sorpresa- por Luis García Jambrina". Y otra automedallita para el guisante.

Como colofón, aconsejaría a los ministros y secretarios generales del ramo que fuesen a un psiquiatra a ver si curan el "complejo de derechas" o el "síndrome de izquierdas", dos versiones de un mismo prejuicio. Hacen mucho daño a las propuestas intelectuales que se salen del tiesto mediático y falsamente ideológico. En este baile hay que dejar algo para cuando el PSOE vuelva a la Plaza del Rey...