Opinión

Yo es aquél

6 junio, 2001 02:00

Nadie es lo que parece, como demuestran los chicos de DVD en una primavera poética con más alergias editoriales que libros. Críticos que se mudan y que se envenenan con el mismo aire que respiran, técnica de ventilador en el caso Cela, y el espumoso éxito de la Watling son algunas de las ambiguas identidades que se me atragantan...

Dice él: "Nunca he tenido que llamar a la puerta de ningún medio para ejercerla [la crítica]". Dicen los demás: "Si las paredes de los despachos de directores de los medios madrileños hablaran". Y sigue su retahíla de desmemorias y agravios. Que si el mayor éxito de un suplemento literario fueron los Poemas del amor oscuro que... no aparecieron en ese suplemento, sino en el periódico. Y dice más. Dice todo lo que "dije, y publiqué y conseguí"... cuando no pasaba de mejor pluma y lugarteniente en funciones. Lástima de edad y lástima de tiempo, cuando el aire, ya no es nuestro. Ya saben quién es: ese crítico exiliado de Babelia, hoy de mudanza, que acaba de publicar sus memorias.

Sigue el culebrón del supuesto plagio de Cela, en el que ya no cree ni el fiscal. Ahora empujan al escenario a Miguel Delibes para que explique cómo también a él le ofrecieron en 1994 el premio Planeta. Y no se dejó. Aquí hay juego sucio y algo más que una mera acusación de plagio. Ningún pleito se gana poniendo más mentiras en el ventilador.

Chile le ha decidido rendir homenaje a uno de sus grandes, José Donoso, creando un premio a la obra de una vida, a imitación del premio Juan Rulfo mexicano. Me dicen que los organizadores y el jurado escudriñan candidatos y que admiten sugerencias.

Cambreleng ha declarado para la revista italiana "Opera" que le es muy difícil escoger el mejor de sus hijos pero que, dispuesto a hacerlo, la mejor producción del Teatro Real hasta la fecha es la "Boheme" del italiano. Ahora le falta ser consecuente con Giancarlo del Monaco a quien, por cierto, el comentario le ha alegrado la convalecencia de una luxación de hombro.

La actriz Leonor Watling no sé si olerá a ajo pero apesta a éxito por todas partes. Después del reconocimiento de la crítica y del "sonado" atracón con Bigas Luna estrena el viernes La espalda de Dios, de Pablo Llorca. Me gusta su gusto. Y no va de diva, aunque en el corto de Aguillaume no lo parezca. Y será chica Almodóvar (que empieza a rodar el lunes en París). A ver si aprenden esas caras bonitas con voz de pito que parecen sentarse más arriba de su trasero. Ahora el cine español pasa por la Watling. Que no se entere Hollywood.

Del cine me voy al teatro, como debe ser. El Ayuntamiento de Barcelona tiene cabreados a algunos sectores "marginales" del Grec. Promociona a lo bestia montajes foráneos de dudoso gusto y margina lo alternativo. Esto es lo que me cuentan. Lo cierto es que la escena catalana crece monstruosamente y no hay manera de pararla. Que se lo digan si no a los del Lliure, que vuelve a seducir al inagotable Montanyès.

Leaper es el nuevo director titular de la Orquesta Sinfónica de la RTVE. Lo que no se sabe es que la comisión de régimen interno y la delegación de la orquesta barajaron también los nombres de López Cobos y Steinberg. El primero no estaba por la labor y al segundo le llegaba demasiado tarde la oferta, pues ya había aceptado la Suisse Romande.

Buena se armó en el homenaje a Francisco Guerrero y es que a quién se le ocurre ponerse a hablar del centenario de Verdi en el de Guerrero. Estos críticos, locutores y presentadores no tienen precio. Y para precio el que paga Rafael Taibo, jubilado en Radio Clásica y de vuelta al trabajo para poder cobrar los cuatro años que le tuvieron apartado de la casa.

En la Residencia se presentó la antología Yo es otro, donde buena parte de los poetas jóvenes se autorretratan. Las jóvenes echaron de menos a Pablo García Casado y los jóvenes se regocijaron con el kimono de Yolanda Castaño. No estaba el editor de DVD, Sergio Gaspar, pero sí Manuel Borrás de Pre-Textos, que para todos tenía un comentario. La primavera, que no sólo altera la sangre de los enamorados, parece que también afecta a los editores...