Image: El hombre es socialista por los pies

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Opinión

El hombre es socialista por los pies

Por el camino de Umbral

13 junio, 2001 02:00

Muchacha tan desnuda, la cabeza banal, el doble pinzamiento de los senos, la clave del ombligo, esa letra enigmática en tu vientre. Muerdo el pubis atlético, la crin finísima de la potra humana. Eternidad de los glúteos, una carne como hecha para siempre, la ruta de los muslos y las piernas...

Mayo. Viernes, 25

La cabeza se afina con los años, se vuelve transparente a las ideas, deja pasar el viento de los tiempos y hay una percepción que nos deslumbra. Yo veo mucho más lejos que hace tiempo, las cosas van perdiendo su espesor y sólo son contorno iluminado.

Qué bello es el mirar ya sin Historia, el ver sin referencias lo que pasa. Un mayo transparenta muchos mayos, todos los que he vivido torvamente. Hay que llegar a mayo despojado, abierto a su belleza del tamaño de un lago. Mañanas del jardín, ilustrado de ardillas, tardes de la ciudad, masas de luz, con una chica rubia, precisamente ésa, dentro de una oficina gigantesca. Ser paseante de mayo, ser paseante del tiempo, mas no abandonar nada, mi trabajo, sino acumular horas, trojes, soles, salvarlo todo al fin en una prosa.

Cómo despeja el tiempo la cabeza, cómo se lleva el pelo, el barroquismo, y vuelvo a mi Guillén, Jorge Guillén, aquel bloque de luz me trajiste, aquella amistad larga y abundosa, aquellas cartas claras, numerosas, que son mi clave y llave, un 27, el más puro de todos, el más nuestro, como perfil del aire sin Cernuda: Mayo /Guillén, "cuando el espacio sin perfil resume con una nube su vasta indecisión a la deriva, ¿dónde la orilla?" Tú eras la orilla, Jorge. Tú fuiste un mayo eterno para mí. Ahora ya peino luz entre mis canas.

Sábado, 26

La tierra ya conoce mis dos pies, el mundo ha recorrido mis dos plantas, el tiempo está cansado de viajarme. No he sido un andarín, pero sí un paseante.

Pero tiran los pies de todo el cuerpo, quieren las plantas recibir despacio el aire de la noche, el viento ciego. Y es que conozco el mundo por los pies como lo he conocido por mis manos, por los ojos, la sangre el pensamiento. Parece que los pies van boca abajo, pero van aprendiendo a cada paso y quieren acostarme, vivo o muerto, en la tumbona o en la sepultura.

Los pies, sí, fueron manos, entendieron la tierra, mejoraron el mundo, los pies hacen camino, se dice que al andar. Mis pies, que no son grandes ni pequeños, los miro ahora desnudos, los calibro, son dos antigöedades, pies de Cristo, dos pies para el piano, dos lámparas de alguna excavación. Los pies son lo que son, lo que han andado, y traen con las arrobas de su peso el peso terrenal del universo.

El hombre es socialista por los pies. Pies para que os quiero. El hombre se ennoblece cuando crece, pero ahí quedan dos pies de tafilete, dos momias de Altamira, el hombre de Orce que fui cuando estudiaba letra inglesa.

Martes, 29

Muchacha tan desnuda, la cabeza banal, el doble pinzamiento de los senos, la clave del ombligo, esa letra enigmática en tu vientre. Muerdo el pubis atlético, la crin finísima de la potra humana. Eternidad de los glúteos, una carne como hecha para siempre, la ruta de los muslos y las piernas, de la materia virgen, mi boca, al vértigo delgado de las piernas, la cultura barroca de los pies.

Todo es arqueología en tu desnudo, hecho de civilizaciones sucesivas, más la herida del tiempo a la altura marcial del sentimiento. Estás hecha de pueblos, de culturas, de industrias subsiguientes, de prehistorias, hay en tu cuerpo dioses juveniles, alfarerías primitivas, el número impar de cada oreja, como dos doses o dos treses colgando a ambos lados de tu cara.

Tribus de cualquier tiempo, aldeas de la prehistoria, se armonizan con gracia en tu desnudo. Tu cuerpo es como un tótem donde hubieran labrado cien civilizaciones, mil oficios, hasta dejarte así, pulida, nueva, actual: resumen numeroso de lo que trabajó dentro de ti, del animal que fuiste y que aún eres, mas con mirada humana, poderosa, que todo lo redime y nada explica. Un cuerpo no se explica: se profana.