Opinión

“No siga, que me rumorizo”

13 junio, 2001 02:00

El baile de críticos no cesa, con sus jubilaciones y contes de mangas a cuesta. Tampoco los desmentidos. Que no hubo plagio, dicen unos. Que no hubo apaño, dicen otros. Y los de siempre, los de la Feria, en su línea. Antes lloraban porque llovía y ahora lloran por la sequía...

Una de mis gargantas profundas favoritas, internauta para más señas, me cuenta que las cartas del premio no estaban marcadas, y que nadie quitó nada a nadie. Que además todos los miembros de la sección de Cultura que dirige el novio de la finalista creían, antes del fallo, que la ganadora sería ella. Que un crítico de ese periódico recibió indicaciones de que la crítica del libro perdedor debía ser favorable, mientras fue apaleado el ganador ¡Qué fortes!

Si hace una semana Mario Vargas Llosa se admiraba en estas páginas de la talla moral de Fernando Savater, ahora son Javier Marías, Héctor Subirats y Juan Malpartida quienes le homenajean en la revista mexicana "Letras Libres". Escribe Marías: "Santo cielo, en vez de atender al pensamiento de Voltaire, Fernando ha de atender al Increíble Seso Menguante que dicta en su País Vasco. Qué desperdicio. Ay de ese país si permitiera que se cumplieran un día las amenazas contra alguien así, uno de sus mejores hijos. Sería ese país para siempre maldito, y sobre él caerían la vergöenza y la infamia".

Que no, que no. Que ni plagio ni sobrecarga en la red ni contubernio que valga. Simples pero rotundos errores (muy por encima de lo admisible) en el índice onomástico. Esta semana estará en las librerías Digitalismo, de José B. Terceiro y Gustavo Matías. Advertidos por los autores de numerosas meteduras de pata, también en la corrección de pruebas, Taurus decidió retirar los ejemplares enviados antes de su distribución comercial.

Lo que realmente me preocupa es el baile de críticos en las páginas de nuestros agitados suplementos culturales. Jubilaciones emancipadas, guerra de castas, contes de manga y varias ondas sísmicas en el horizonte. Es lo que me dijo uno de los protagonistas de esta semana: "No me digas estas cosas que me rumorizo". Pues eso y muchas lecturas a cuestas...

La librería Renacimiento de Sevilla, el único lugar del mundo donde según las malas lenguas era posible encontrar los libros de la editorial Renacimiento, ya no existe. Las inmobiliarias han derrotado en tribunales a los libros de Abelardo Linares, ahora recluidos en su nave de la Expo. La calle Mateos Gago no volverá a ser la misma...

Y el Príncipe Don Felipe vio las obras del futuro teatro de El Escorial. Y vio también y se quedó perplejo ante el monumento ecologista a un supuesto pinsapo. El árbol sobresale, protegido por encofrados de cemento, en medio y en lo alto del solar. ¿Servirá para dar sombra a alguno? La acción es admirable, pero en la consejería de Medio Ambiente parece que no se han enterado.

Los festivales de Cine, que ya superan en número al de las setas, encienden motores. Dos de los más prestigiosos, el de San Sebastián (septiembre) y Valladolid (octubre), hacen ejercicios de calentamiento. Diego Galán, ex de Donosti, monta su exposición con las 1.000 caras de su currículum, Schnabel congrega a los petardos de Nueva York para presentar la Concha de este año y Fernando Lara repone a Billy Wilder... y a Dios muy buenas.

Plácido Domingo ya no ama a Desdémona, así que abandonará definitivamente al personaje de Otello en la Scala, con producción de Graham Vick y dirección de Muti. Adiós al mejor Otello de los últimos treinta años. Y no hay Cura para ello.

Tampoco la hay para las quejas de los organizadores de la Feria del Libro de Madrid. Antes lloraban porque llovía, y ahora lloran por la sequía. Que si la gente no aguanta el calor, como si el descuento del 10 por ciento fuese mala sombrilla. Si el libro no se vende porque es caro, se puede apostar por el de bolsillo. O por quitar unas casetas más y que la de bolsillo sea la feria. De nada.

Adivina adivinanza: ¿Qué haría Carlos Kleiber por la ciudad de Sevilla, de riguroso incógnito, hace unos días? El excéntrico pero gran director canceló su participación en el Festival de Santander -dicen que jamás tuvo intención de acudir- pero hizo las maletas y recorrió diversos escenarios sevillanos. ¿Buscaría acaso a Carmen?