Opinión

Ideas cucurbitáceas

19 septiembre, 2001 02:00

El panorama creativo está tan revuelto que hay quien ha comparado a un crítico con una calabaza. Hasta ahí podríamos llegar. "El mundo se derrumba y nosotros nos emancipamos" podría haberle dicho Bogart a Bergman si hubiese conocido nuestro fregado editorial. Pérez de la Fuente contraataca con sus donjuanes, Los puentes de Madison se levantan sobre Salamanca y... Bértolo para creértelo. Sin las gemelas y Rico-Godoy el mundo ya no será igual.

Caballero Bonald tiene buena memoria y mejor costumbre de vivir. Y de escribir, que de eso, de memoria y literatura, trata el Congreso que hoy comienza en la sede jerezana de su Fundación con Saramago, Sampedro, Armiñán, Villena, Haro, Tusell, Castilla del Pino y Emilio Lledó perdidos entre el tiempo perdido y el recobrado.

No seré yo quien dude de entendimientos y voluntades ajenas, pero tanta mala memoria me desconsuela. No ha de ser ignorancia, pero sólo han pasado ocho años, señores, para descubrir de nuevo la historia mil veces contada del Pascual Duarte y Cela.

El golpe de mano de Constantino Bértolo en Debate ha terminado con la aplastante victoria del editor. Lo mejor es que lo que desprecia, encuentra cobijo deprisa deprisa. Otros tienen más suerte. Gustavo Domínguez, sentando Cátedra, comienza ahora un largo sabático de dos años en Valencia.

El CDN de Pérez de la Fuente se mueve. Programación de don juanes a discreción para el otoño. Un Zorrilla de Zurro y el Molière de Miquel (28 de septiembre en el Teatro de la Comedia del CNTC) además de Lepage en la Zarzuela. La diáspora apátrida del CDN continúa pero no faltan montajes ni escenarios para dar acogida al éxodo del teatro público. El miércoles que viene se presentará la frenética programación. ¿Será para tanto? Me consta que sí.

Ah, dentro de muy pronto, Los puentes de Madison estarán sobre los escenarios. Será Narros el encargado de colgarlos sobre la cartelera española. De momento, y para marzo, sobre el Teatro Liceo de Salamanca aprovechando su capitalidad cultural del 2002. Charo López será Meryl Streep en la versión teatral. ¿Que quién será Clint Eastwood? Aún no se sabe. Se busca seductor maduro, sentimental y con un pasado de cicatriz

Al novelista francés Michel Houellebecq le gusta viajar en manada, en grupos organizados. Así puede observar el comportamiento de sus compañeros de viaje y escribir sus novelas. La última es Plateforme, polémico (como siempre ocurre con él) relato sobre el turismo sexual. A él le acusan de racista; él se defiende: "cuento lo que he visto". La gente sigue sin entender lo mismo por "hombre público" que por "mujer pública", pero (al menos en Francia, al parecer) ambos andan más juntos de lo que parece...

Llegó el gran día. Ya está aquí el primer título de La Esfera de los Libros, Los jefes de ETA de Carmen Gurruchaga, que contará con padrino de excepción: Onaindía.

La galerista María Martín ha sido elegida miembro del comité organizador encargado de decidir qué galerías entran en Arco. Con este nombramiento, se demuestra el peso que ArteMadrid tiene en nuestra feria de arte. Y es que, de momento, aunque el nombre de Martín no se cae por su propio peso sí pesa el ser vocal y miembro fundador de dicha asociación.

Adivina adivinanza qué película española a punto de estreno pone a caer de un burro a dos críticos cinematográficos de sendos periódicos nacionales. No destriparé la sorpresa pero sirva de pista el hecho de que se les compare con una calabaza, a uno, y con un proxeneta a otro. Se me antoja una idea exageradamente cucurbitácea y algo infantil utilizar las obras de arte para desquitarse de las críticas.

Sigue infatigable Colinas. Con el último premio a cuestas, revisa las galeradas de sus dos tomos de ensayos, una antología de Juan Ramón Jiménez y un libro de poemas aún sin dueño. Nada que ver con el aquelarre que los jóvenes Antonio álamo (Soy Satán) y Espido Freire (Diabulus in musica) están montando.

No puedo cerrar mi papelera sin acordarme de mi Carmen Rico-Godoy, compañera en lides narrativas y colega en el oficio periodístico. Tenía la novela policíaca casi terminada. Se lo merecía todo (lo bueno, claro). Aprendí y bebí de su ironía, de su humor y de su crítica.