Opinión

El Nobel respondón

17 octubre, 2001 02:00

La Academia sueca se divierte. Dictó sentencia, mestiza y respondona. No es mal premiado Naipaul, a pesar de lo hosco y altivo que resulta para sus colegas. Mañana llegan los Planeta a Barcelona, esta vez con más fanfarria que nunca para celebrar sus 50 añitos. Y mañana también empieza la Mostra de Valencia, con Jorge Berlanga al timón y con mucha traca. Eso sí, sin alfombras rojas ni artificios: buen cine y tranvías a la Malvarrosa...

La Academia sueca, un ojo en la CNN y otro en la literatura, dictó sentencia mestiza y respondona. Lo de Naipaul hizo polvo los pronósticos del otro Nobel antillano, Derek Walcott, convencido de que su premio impediría que Naipaul fuese galardonado. Tampoco el Nobel Seamus Heaney estaba de fiesta el jueves, precisamente.

La culpa, al parecer, es de Naipaul, poco amigo de las relaciones públicas. Los que le entrevistaron en su última visita a España lo saben bien. Especialmente uno, redactor jefe por más señas, al que dejó plantado tras comprobar que sólo se había leído unas páginas del libro que venía a promocionar.

No hay como los encuentros de escritores para esta papelera. En el último de narradores iberoamericanos celebrado en Casa de América, me colé disfrazado de novelista paraguayo. Primero los editores: el de siempre puso a Herralde como trapo; Bértolo aseguró que la nueva narrativa hispanoamericana no vende ni 500 ejemplares y Murillo sentenció que cada uno en su casa y Planeta en la de todos.

Luego las agentes, ni tan secretas ni tan literarias. Ninguna quiso hablar de premios, pero al menos quedó claro que no valía la pena enviar manuscritos desde Ultramar a los planetas, primaveras, alfaguaras y bibliotecas breves. Un correo electrónico a las agencias siempre será más barato, más ecológico y -¡ay!- más literario. Y es que la flauta no suena ni aunque la soplen.

Y por último los escritores. A los pobres narradores iberoamericanos les cayó de todo por no estar comprometidos, por apoyar a USA contra Osama Bin Laden. Oséase, más de lo de siempre: la revolución para los indios y el capital para el hombre blanco.

Por cierto, que Bin Laden (Alá mediante) no ganará la guerra, pero se está convirtiendo en un best-seller en todo el mundo y próximamente (comme d’habitude) lo será también aquí. En Frankfurt todas las editoriales pelearon por la biografía de Elaine Landau. Planeta consiguió los derechos y ahora acelera el proceso editorial, para adelantarse a la de Roland Jacquard que Salvat tiene previsto lanzar a finales de mes..

Arranca mañana la Mostra de Valencia con Jorge Berlanga al timón. Cine mediterráneo, cine con personalidad y homenaje a Jaime de Armiñán. Cine con traca pero sin artificios desde la ciudad del Turia. No hay relumbrón ni largas alfombras rojas. Sólo cine.
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En cierta ocasión el tenor Di Stefano cantaba el Calaf de Turandot en la Scala. Como no aparecía por ningún ensayo le llamaron. él contestó: "¿Mi personaje no es el príncipe desconocido? Pues si voy, dejaría de serlo". Pues eso casi ha pasado con Edita Gruberova en el Teatro Real, pero aquí el motivo es que la soprano se conoce la producción de memoria y, además, la orquesta la dirige su marido.

El Arte está desaparecido y parte de culpa la tiene el cine y la televisión, que nos satura con imágenes. Así piensa nuestro recientepremio Nacional de Ensayo, ángel González García. Y ¿qué será entonces de nuestra civilización sin belleza? Nietzsche sentenció la muerte de Dios y ahora González nos anuncia el crepúsculo del Arte.

Y de oca a oca salto al II Salón del Libro Teatral Español e Iberoamericano o la dramaturgia española en la Casa de América capitaneada por Fernando Fernán-Gómez, a quien rinden homenaje. ¡Con el teatro que se escribe, lo corto que se publica, por no hablar de lo poco que se estrena! Estos sí que son héroes.

Siempre han estado disputadas las sillas en la cena barcelonesa de los Premios Planeta, pero este año más que nunca. Alguno estará allí por los Reyes, pero la mayoría estará por lo mismo que los Reyes: para homenajear a Lara padre -y muy señor suyo-. Son 50 años y 100 millones de premio. Números redondos para un ganador redondo. ¿Quién? ¡Ah! ¿Son ustedes de los que piensan que el ganador se conoce antes de la última reunión del jurado? Malpensados...