Opinión

Caro Real

19 diciembre, 2001 01:00

¿Qué ocasión perdida para contratar un gran director para el Falstaff! Se nos ha anunciado a Frédéric Chaslin -¿le conoce alguno de ustedes?- cuando me consta que había un primerísima fila con su agenda libre. Al fin y al cabo Barenboim y sus chicos van a recibir al menos mil ochocientos millones en cuatro años. ¿Acaso no hubiera sido ahora mucho más efectivo internacionalmente contratar a Carlos Kleiber para Falstaff? Por cien millones habría venido a dirigir. Le pediré a los Reyes que les ponga un poco más de imaginación a quienes mandan en el Real.

Don Alfonso sale a escena y exclama: "¡Qué silencio, qué aspecto de tristeza presentan estas estancias…!". Lo observa y acierta. ¿Dónde ha quedado la luminosidad de Così fan tutte? Lo comentaba al oído vecino un espectador de la primera del Real. Otro volvía a apuntar a la imaginación. "En nuestros días es normal que los amigos acabemos cambiándonos las parejas. Lo que pasa es que luego no nos hablamos a menos que la cosa acabe en cuarteto", apuntaba y se quejaba "Tanta manía por actualizar y no se actualiza nada". Y otro dialogo con sabor: "¿Qué te parecen ellas?". Respuesta: "Muy monas". Contra respuesta: "Y muy mozartianas". Estocada y puntilla: "Hombre sí, si llamamos mozartiano a cantar light a Mozart, pero cuando Mozart escribió el aria «come scoglio», con sus florituras, agudos y graves, sería para que lo cantasen. Digo yo". Lo decía del Monaco en Sevilla: en los últimos años Nilsson cantó Turandot con Tebaldi como Liú. Luego Tebaldi cantó el gran aria y Caballé hacía de Liú. Más tarde Caballé interpretó a la altiva y Ricciarelli hacía de Liú. ésta grabó luego a la princesa mientras Hendricks se dedicaba a la esclava. Cualquier día Hendricks cantará "In questa reggia".

Y en el foso las ansias de López Cobos, director al que admiran aún más por su trabajo en los ensayos que en los propios conciertos y, como curiosidad, por acudir con sus propios materiales y además seguirlos. Como Sanderling. No hay muchos así.

Y del resto, ¿para qué perder el tiempo hablando o escribiendo? Sólo un apunte. Espero que el nuevo equipo tenga clara su misión: preparar el teatro para que en seis años pueda dirigirlo una gran figura internacional desde fuera de la política.