Otro invierno
TOMÁS SEGOVIA
19 diciembre, 2001 01:00Tomás Segovia. Foto: Mercedes Rodríguez
Tomás Segovia (Valencia, 1927) ha realizado su obra entre el exilio de México y España (con estancias en los EE.UU. y el sur de Francia). Figura en las antologías poéticas mexicanas, dada su vinculación a aquel país y su estrecha relación con Octavio Paz, aunque bien podría incluirse entre los poetas españoles. Segovia, uno de los más valiosos poetas actuales, ha cultivado la prosa. Su obra narrativa no es prolífica. Hasta ahora constaba de tres libros, al que habrá que sumar ahora Otro invierno, donde reúne 14 relatos. Se ha repetido hasta la saciedad que la mejor prosa es la de los poetas que la cultivan. Como cada tópico, tiene sus excepciones, pero la distancia que va del relato al poema es relativamente corta. Segovia se sirve de la prosa hasta dotarla de la premiosidad y elegancia que sustentan los retratos, los análisis psicológicos y las situaciones que plantea. Otro invierno posee cierta morosidad proustiana. El conjunto no está concebido para una lectura rápida, sino que merece atención y reposo.En "Estas ruinas que ves", por ejemplo, la anécdota de la adopción de un gato lleva al desastre sentimental. Sus supuestos resultan aparentemente menores, porque el autor huye de lo melodramático. Sin embargo, convierte en complejas situaciones aparentemente sencillas. Sus personajes predilectos son los femeninos. Sabe extraer de ellos más sutileza, más complejidad, algún misterio, mera apariencia, como en el excelente "La mina". Aceradas observaciones contrastan con el medio en el que se desarrolla la acción, de un realismo casi galdosiano, de clase media, de cierta vulgaridad ambiental. Tampoco ha de faltar alguno que no disimula sus orígenes autobiográficos, como el apasionado "Combustión interna". El protagonista es un niño de once años que vive con su madre en Perpiñán, tras la guerra civil española, esperando a un padre. Segovia es un gran poeta amoroso, y en alguno de los relatos, "Confesión de un incurable", la incapacidad de amar -por razones que no conviene desvelar aquí- constituye su núcleo. Será también el amor de "Muñeca" núcleo de una muy compleja inspiración.
Bucea el autor en los sentimientos, no sin ironía, y tampoco evite el erotismo, como en "Piadoso recuerdo". Resultará, sin embargo, de una compleja sutileza su brillante colofón. Segovia navega por los recovecos del alma, recreándose en detalles, contradicciones, la fundamentada reacción ante la naturaleza o en lo cotidiano. Libro que no es estilismo, sino afán por desentrañar a través del lenguaje: partir de lo simple, porque la simplicidad contiene lo complejo, como en "Diatomea", otro de sus ejemplares relatos.