Image: Baudelaire

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Opinión

Baudelaire

15 mayo, 2002 02:00

Juan Muñoz, "La tierra baldía" (1986)

La sociedad es sabia y al genio se le reconoce siempre, pero ya cuando no es sino la oportunidad de llevarle flores. La primera señal del sabio es la ruptura con la sabiduría oficial

1839.- Baudelaire, a los 18 años, es expulsado del colegio. Hay como una tradición de grandes genios en conflicto con la enseñanza de su época. Baudelaire fue expulsado como tantos otros, hasta llegar a nuestro Cela, y esta tradición de expulsar a los genios la ha mantenido muy bien la enseñanza en España, Francia y otros países. La sociedad es sabia y al genio se le reconoce siempre, pero ya cuando no es sino la oportunidad de llevarle flores. Einstein tampoco iba bien en matemáticas. La primera señal del sabio es la ruptura con la sabiduría oficial.

1840.- En el Barrio Latino conoce a Sara la Judía, una meretriz apodada Louchette. Louchette, alta y enferma, vecina de aquel barrio, la mirada torcida, fino perfil judío y poema inaugural de Las flores del Mal. Luna amarilla y alta que se llevó la noche.

1841.- Y su exilio marítimo, naufragada tortura, camino de Calcuta, donde no irá el poeta. Visita Isla Mauricio y se enamora un poco. El capitán más lúcido le devuelve a su patria, pero aquel sueño exótico, con aquel vil retorno, perfuma ya por siempre de sándalos salvajes todo lo que él escribe después de este viaje, orientalismo leve, canela de sus versos y el hoy famoso poema "A una dama criolla".

1842.- Aquí Juana Duval, actriz mulata, atroz, la mujer de una vida, el ángel de la guarda horriblemente negro, fue una oscura batalla librada entre dos luces. Charles, a la deriva, se va labrando en dandy, dibuja a la mulata como blanca y entra con pie dudoso en el club de la droga, paraíso artificial del que sacaría un libro y unos sueños. El militar padrastro, al fondo de la escena, es la Francia aguerrida, Francia conservadora, otra vez puesta en jarras para reñir al chico.

1845.- Un suicidio de teatro que le mata un poquito, corta con un cuchillo lonchas de Baudelaire, mas ese año revela, con 72 páginas, al crítico más grande de la modernidad. Escribe La Fanfarlo y la dibuja hermosa, vuelve sobre sus gatos, que interrogan al poeta con el rabo, frecuenta la Comuna y escribe sobre Wagner, a quien no había oído nunca. La sífilis tiene ojos amarillos. Manda versos y prosas a Madame Sabatier y cuando la gran puta le recibe Baudelaire ya fracasa y ahí empieza su ruina. Cómo amó a las mujeres y qué mal. Pero quedan amigos para siempre. Lee Madame Bovary y Verlaine le dibuja.

1861.- Ya Las flores del Mal iluminan el mundo, pero jueces y críticos le maltratan el libro. Juana Duval mantiene a un hermanito apócrifo, un amante, como descubre Charles con dolor. Juana, la flor de hospicio, se ennegrece del mal de estar enferma. Huyendo ya de todo, Charles va a la Academia, pero Saint-Beuve, que es padrino y veneno, le desecha por siempre y le llama "mi niño".

1863.- Muerte de Delacroix, que el poeta veneraba, y le escribe un artículo que es luminoso ensayo. La estética de Charles va quedando explayada. Como siempre pensamos, como siempre supimos, la belleza de Poe es el francés del dandy. Ya Mallarmé y Verlaine escriben sobre él, se les ha aparecido el gran genio de Francia. Baudelaire sigue solo porque ha nacido solo.

1867.- Paralizado y mudo, muere en el mes de agosto. Entierro en Montparnasse, se subastan sus obras, 1700 francos.

1870.- Juana Duval, con muletas y sola, cruza los bulevares hablando a los fantasmas. Los soles de París la están haciendo vieja. Mala musa profunda, que diría otro poeta.