Image: Más que calentitos

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Opinión

Más que calentitos

23 septiembre, 2004 02:00

Jacobo Muchnick pone los puntos sobre las íes con una joyita editorial. Isabel Allende, embajadora del Año Hans Christian Andersen. Guelbenzu marca la diferencia con iniciales. La fiebre de los ochenta nos invade. Vuelven también las quinielas en torno al Nobel. ¿Será la hora ya de que le toque a Mario Vargas Llosa?

Ojalá el ruidoso desembarco de la novela de Dan Brown no acalle el nacimiento de esa joyita editorial que es Editing (Arte de poner los puntos sobre las íes -y difundirlas), imprescindibles "memorias" del padre de los editores, Jacobo Muchnick, publicadas por su hijo en su "Del taller de Mario Muchnick". Arthur Miller le calificó de agent provocateur, y lo cierto es que no le faltaba razón: Consiguió "aislar" a Alberti en la casa de unos amigos para que terminase la "segunda parte" de La arboleda perdida, se convirtió en fiel amigo y editor de Arthur Miller cuando dio con él tras llamar a todos los A. Miller del listín telefónico neoyorquino, convenció a Jorge Guillén para publicar sus Y otros poemas... Las anécdotas del libro son tan numerosas como los escritores que por él desfilan... la mejor prueba de que un editor es algo más que un fabricante de libros.

Isabel Allende, que mañana presenta en España su Bosque de pigmeos, será, a partir del próximo día 29, embajadora del Año Internacional Hans Christian Andersen 2005, con la obligación de propagar la obra del autor de El Soldadito de Plomo, no se sabe si porque, como dicen los malvados, algunas de sus tramas son más que infantiles, por plomizas, o porque desearían verla muda para siempre, cual sirenita varada. Pero no estará sola: Harvey Keitel, Susan Sarandon y Yao Ming, la estrella china de la NBA, son también embajadores.

La culpa la tiene de nuevo la prensa. Tanto V. S. Naipaul, tanto J. M. Coetzee, o M. K. Fisher, que hay quien acaba creyendo que con iniciales puede disfrazar aquello en lo que no cree. Me explico. Guelbenzu ha decidido distinguir sus libros según su mayor o menor densidad. Los que le parecen alta literatura se publicarán en el futuro como obra de José María Guelbenzu. Los policiacos, sólo de J. M. Guelbenzu. Ok ¿o no?

Hay nostalgias innecesarias. Esta fiebre por los años ochenta es una de ellas. Un musical de Mecano, una nueva serie de televisión que comienza con el 23-F y Chus Gutiérrez en pleno rodaje de Calentitos, que promete trasladarnos a la movida madrileña (La churrería de la Gran Vía: Calentito). Me pregunto: aparte de Almodóvar, entregado a la alta cultura que tanto despreció, ¿qué queda hoy de aquéllo?

Vuelven las quinielas sobre el Nobel a medida que se acerca la fecha de su concesión. ¿Será ya la hora de Mario Vargas Llosa, para alegría de mi canario favorito? ¿Toca étnico de nuevo? ¿Africano tal vez? ¿O mujer, por aquello de la cuota? Ya les iré contando, porque mi espía en Oslo tiene ganas de largar. Como del premio Planeta: parece que habrá sorpresa, y de las gordas .

Lo siento por los aspirantes, que eran legión, pero no. A pesar de ser presidente de la Sociedad Estatal de conmemoraciones culturales, el sonriente José García Velasco no renuncia a su Residencia de Estudiantes y ya tiene preparado un mes de órdago para el poeta argentino Juan Gelman, con lectura de poemas, entrevistas y demás.

Y o sé de algunos a los que les van a salir amigos dramaturgos por todos lados. El recambio del comité de lectura del Centro Dramático Nacional -de labor, aconsejar sobre las "buenas" obras de los dramaturgos todavía vivos y coleando- pasa de terceto a cuarteto. Los elegidos el dúo Yolanda Pallín y Javier G. Yagöe, más José María Pou y Abel Vitón. ¿Quién se va?. Ana Diosdado, José Luis Miranda y López Mozo (que por cierto figuraba en las listas socialistas a la Comunidad de Madrid).

Y atención al polifacético Ignacio del Moral porque andaba preparando para la Warner una especie de Shakespeare in love que versaría sobre Lope de Vega, cuya promiscua y exitosa vida los de Hollywood pueden encontrar apetitosa.

De acontecimiento filológico cabe calificar la aparición de Redes, el diccionario combinatorio del español contemporáneo que ha dirigido el sabio lingöista Ignacio Bosque para la editorial SM. Digo acontecimiento porque es el primero de sus características en español y una novedad en cualquier lengua, ya que enseña cómo se combinan las palabras y qué relación existe entre su significado y esas combinaciones. Hay que tenerlo, y que celebrarlo.