Opinión

Sin maldad

4 noviembre, 2004 01:00

Muchos me escriben porque echan de menos mis comentarios maliciosos. Para ellos escribo esta semana.
¿No es excesivo el protagonismo de Josep Pons en las banderolas con las que el Auditorio Nacional se ha descolgado esta temporada adornando sus fachadas? Ni Karajan en sus mejores tiempos.
¿Qué pasó para que en un reciente DVD operístico lanzado en España desapareciesen los trabajos escritos por un conocido crítico para el libreto?
¿Pondrá Elena Salgado ahora sobre la mesa ante ZP las entradas de los concierto a los que quiere ir para dejar constancia de su deseo y que las reuniones terminen pronto o sigan sin su presencia, tal y como hacía con Borrell cuando era secretaria de Estado de Telecomunicaciones?
Alfoso Aijón es agradecido y generoso, pero ¿tanto como para tirar la casa por la ventana, así porque sí, con el lujosísimo programa de mano con el que recibió El clave bien tosido de Daniel Barenboim? ¿O se trataba de una inversión?
Por cierto, el genial pianista declaró que había presentado un proyecto educativo al Gobierno de carácter nacional, pero ni en Educación ni en Cultura sabían nada de nada. ¿Es que ya trata directamente con ZP?
¿Por qué, a algunos, Miguel Muñiz les recuerda a Gary Cooper en Solo ante el peligro? ¿A quién tiene en el Teatro Real para ayudarle a saber de qué van las cosas?
¿Cómo juzgan ustedes las declaraciones de Gergiev: "Beethoven y Bartok son predecibles y no interesan"?
¿Será posible que el Coro Nacional tenga ya problemas con su apenas estrenado director? ¿Cuáles son las causas?
Por cierto, ¿se tomaron algún tipo de medidas tras la negativa de la Orquesta Nacional a que se retransmitiese su intervención en el pasado homenaje a Odón Alonso? ¿O todo debe cambiar para que todo siga igual?
¿Qué pensará Pino Cuccia, ex asesor artístico del Maestranza, y ahora en Palermo, que puede suceder en las próximas Vísperas sicilianas si antes de ellas ya le han quemado el coche?