Image: Los caballos cojos

Image: Los caballos cojos

Opinión

Los caballos cojos

2 diciembre, 2004 01:00

Antonio Gamoneda, Antonio Gracia, Plácido Domingo e Isabel Coixet

Antonio Gamoneda, máxima actualidad para el poeta leonés. Menuda Gracia lo del Premio Loewe. Plácido Domingo, un embajador de lujo en Washington. Asunto serio el que afronta la Fundación César Manrique. El juez y parte se llama Alberto López. Y el mundo del cine se pasa poco a poco al teatro.

El poeta leonés Antonio Gamoneda, que no quiere ser académico de la Española (ha rechazado la oferta porque no quiere viajar todas las semanas de León a Madrid y perder la tranquilidad que ha presidido su vida), Gamoneda, decía, va a ser distinguido, además, por el presidente del Gobierno, que para eso es amigo y paisano. Me cuentan, sí, que el regalo oficial de Zapatero en esta próxima Navidad será un poemario de Gamoneda, con versos como "Llueve en hebras doradas/y envuelven nuestros cuerpos los perfumes de marzo".

Ya estarán al tanto del culebrón poético de la semana -con Gracia pero sin ninguna gracia: el jurado del premio Loewe se encontró con cuatro finalistas (uno de ellos sé que Basilio Sánchez) más que medianitos y se decidió, por escueta mayoría, por uno que resultó ser del archipremiado y desconocido Antonio Gracia. El caso es que no se mostró especialmente contento cuando le llamaron, ni siquiera quería quedarse a la comida después de la concesión del premio... Olía a chamusquina y apareció la pólvora: con el mismo libro había ganado ya el Ciudad de Almendralejo. Descubierto el pastel, intentó renunciar al premio pobre, pero no coló y el que le retiraron fue el Loewe, que ha quedado desierto. Gracia puso excusas de error en el envío, pero nada dijo de que ese mismo libro estaba también como finalista en el Gerardo Diego que se falló el día antes que el Loewe. Menuda jeta.

Plácido Domingo se ha convertido en el artista español más poderoso e influyente de la capital norteamericana, hasta el punto de sacar de donde no hay. Así consiguió que una influyente marca de ron patrocinara el montaje de Luisa Fernanda de Sagi. Ni que decir tiene que al salir el tenor madrileño a escena, el teatro se caía literalmente a sus pies.

Vida y color lleva por título (provisional) el que será el debut en la dirección del guionista Santiago Tabernero, ex director del programa de cine "Versión Española", que desde su marcha coordina Paz Sufrategui, ex jefa de prensa de El Deseo (productora de Almodóvar) y, a la sazón, novia de Tabernero. En fin, cuánto movimiento. A eso le llamo yo "vida y color".

¿Qué estará pasando en el cine que mucha gente del mundillo se pasan al teatro, más económico y artesanal? Coixet debutó hace poco en Barcerlona como directora de escena, y se esperan ensayos de Silvia Munt (Surabaya), Antonio Mercero (Los caballos cojos no trotan) y Méndez-Leite (La calumnia).

El método Grünholm cumplió el pasado martes cien representaciones, lo que quiere decir que son 200, ya que la comedia de Jordi Galcerán se representa simultáneamente en Madrid y Barcelona y con igual éxito. Registró una dudosa aceptación tras su estreno, pero la comedia que en Madrid protagonizan Carlos Hipólito, Cristina Marcos, Jorge Roelas y Jorge Bosch remontó y el teatro Marquina ha confirmado que hará toda la temporada.

Historia turbia donde las haya: Alberto López, director de la revista de arte "Lápiz" y hoy por hoy director, presidente o lo que sea de ARCE, la Asociación de Revistas Culturales, ha gestionado con el Ministerio de Cultura las subvenciones para las revistas este año con el resultado de que el mejor bocado se lo ha llevado él mismo, y ha dejado a cero a otras publicaciones que lo necesitan más, como "Artecontexto". ¿Có-
mo se puede ser juez y parte?

Está visto que se puede. Vean si no: el director del Círculo de Bellas Artes de Madrid (Juan Barja) me convocaba ayer a la presentación de Fin de Fuga un libro de la editorial Abada, que dirige Juan Barja, y del que es coautor... Juan Barja. ¿A quién, me preguntaba un becario, tendré que entrevistar?

Asunto serio el que afronta estos días la Fundación César Manrique de Lanzarote, algo más que una gran institución cultural: sus estatutos recogen su misión de defensa del paisaje único de la isla, que es Reserva de la Biosfera. Ardua tarea, a juzgar por los 40 pleitos incoados contra promotores y alcaldes que no respetan la moratoria turística que rige en la isla. La oposición de la Fundación a una carretera en zona de especial valor ha acabado de hinchar las narices del Cabildo y varios ayuntamientos, que han respondido con una infamante campaña contra la Fundación y hasta contra Manrique -que tanto contribuyó a que la belleza del "malpaís" fuera valorada-, y con una carta a la Reina, su Presidenta de Honor, en la que califican a la institución de sospechosa y radical. Afortunadamente, los consejeros han contestado, y Su Majestad sabrá bien que puede ejercer esta Presidencia con la cabeza bien alta.