Image: Lolita’s Club

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Opinión

Lolita’s Club

24 febrero, 2005 01:00

José Monleón, Juan Marsé, José Luis Gómez y Ramón Gaya

Marsé tiene a punto su nueva novela. Las ninfas de Zapatero. José Luis Gómez celebra los diez años de La Abadía. Un filólogo llamado Jordi Pujol. José Monleón recopila sus 300 "primeros actos".Ingmar Bergman vuelve con Saraband. Y Guerín calla.

Ahora que "su" barrio, el Guinardó, o sea, el Carmel de los 1001 agujeros, se está hundiendo, hay buenas noticias sobre Marsé. Tiene novela nueva, Canciones de amor en el Lolita’s Club, la historia de un policía corrupto y maltratador que es trasladado desde Galicia a su Castelldefels natal, donde se enamora de una puta colombiana, pupila en el Lolita’s Club. En realidad, la novela nace del story board de una película que iba a rodar Trueba con guión de Marsé. Dicen que con el proyecto también se hundió su amistad y que al final el escritor acabó mostrando todas sus cartas y su desconsuelo por el pésimo guión de Trueba a su estupenda novela El embrujo de Shanghai. Canciones de amor.... aparecerá en abril, en Areté, y se presentará en un visitado puticlub barcelonés.

La performance que la semana pasada montó la Moncloa ha acabado por aturdir más a los periodistas, que ya no saben si tratar la información "monclovita" en las páginas de Política, Sociedad o Cultura. Tres ninfas ataviadas con satinadas y menguadas túnicas ejecutaron una performance en vulgar remedo a lo Isadora Duncan ante un público encorbatado (Zapatero, Montilla, Borrell...) que asistía alucinado y con gesto adusto ¿a qué evento?: celebrar la entrada en vigor del protocolo de Kioto. ¿Se trata de una nueva estrategia de los fontaneros para reforzar los discursos presidenciales.

José Luis Gómez celebra hoy los diez años de la fundación Teatro La Abadía, un modelo artístico y administrativo que a algunos directores de teatro les gustaría emular. El cumpleaños lo festeja con un trailer teatral que reúne fragmentos de las mejores obras exhibidas en la sala (Entremeses, Las sillas, Retrato de la avaricia...) y una gran exposición sobre estos montajes. También ha editado un libro memorial con artículos de Eugenio Barba, Steven Berkoff, Agustín García Calvo, Gerardo Vera, Hansgönther Heyme, figuras todas ellas de sólido curriculum teatral

Jordi Pujol, conocido filólogo, dijo que a él Cervantes le parecía tan cercano o tan lejano como Goethe. Francisco Rico, afamado sociólogo, respondió que el Quijote es "el libro nacional de Cataluña". Y a veces, amigo Sancho, da uno en pensar que Barataria no es ínsula, sino península, y que es vano buscarla, pues en ella estamos.

Con 87 años a sus espaldas, los veinte últimos en silencio y viviendo completamente aislado del mundo, el genial director sueco Ingmar Bergman sigue en plena forma. Saraband, que realizó para la televisión sueca hace dos años, aterrizará pronto en nuestras pantallas con la misma austeridad visual, contundencia narrativa y calidad interpretativa que ha caracterizado su cine. Rescata treinta años después a la pareja de Secretos de un matrimonio, Josef (Erland Josephsson, que presentó la película en la Embajada de Suecia) y Marianne (Liv Ullman) para ofrecernos una obra (y esto es lo raro en él) extrañamente esperanzadora. Un bello epílogo para el cinesta más atormentado.

A quien no hay quien le aparte del teatro es al incombustible José Monleón. Es numantino lo de este crítico de la vieja guardia al frente de su revista Primer Acto, que fundó en 1957. Ahora el Centro de Documentación Teatral que dirige Julio Huélamo ha tenido la buena idea de recoger en un CD y en edición facsímil los 300 primeros números de la revista. Pena que no incluya los textos teatrales publicados, aunque la propiedad intelectual lo explique todo.

Juan Guerrero Ruiz, poeta y mucho más que secretario de Juan Ramón Jiménez, siempre llevaba consigo una kodak, y gracias a eso dejó una colección inestimable que ahora expone el Museo Ramón Gaya de Murcia. Hay fotos impagables del propio Gaya, sobre todo, pero también de su familia, que son la novela de una época, y de María Zambrano, Juan Ramón y Zenobia, Jorge Guillén, Dámaso Alonso, García Lorca, Salinas y la Barraca, Juan Ramón, Unamuno...

José Luis Guerín, tan reservado como siempre cuando de su trabajo se trata, no suelta prenda. Ni siquiera en un desayuno con periodistas dispuestos a soltarle la lengua. Cuatro años han pasado, quién lo diría, desde su magnífica película En construcción, el principio de toda una explosión del género documental, cuyas herramientas seguirá empleando para su próximo proyecto, que asegura en todo caso que tendrá más de ficción que de documental (¿via Rossellini?). Y aunque de su trabajo no habla mucho, sí lo hace de Michael Moore, a quien considera poco menos que el satanizador del género: "Cannes cometió un gran error premiando una película que ya es vieja". Habló poco pero intenso.