Opinión

El repaso

1 septiembre, 2005 02:00

La clave del verano nos la han dado los titulares. "Tamino viaja al asilo", "Wagner va de camping" o "Hule, formica y duralex" reflejan el centro de la polémica y los fracasos rotundos de este verano festivalero. El público cada vez está más harto de tomaduras de pelo de los directores de escena y los abucheos han sido constantes. Hasta para un dios en Pésaro como es Ronconi. Algún artista también se ha rebelado. Así María Bayo o Renato Palumbo con Martinoty. La primera mantuvo una bronca fenomenal que afectó a sus nervios de cara a la interpretación de Bianca e Falliero, donde fue pitada, aunque la crítica española se callase en una muestra más de falta de respeto a la verdad. Y así Pésaro, Bayreuth y tantos otros han pasado con más pena que gloria. Villazón se consolidó en Salzburgo -cada día será más difícil verle en España- y Anna Netrebko, su pareja en Traviata, se llevó de calle a los nuevos millonarios de su país. Una voz como tantas, pero posee lo que se lleva: fotogenia, bellas piernas y estupenda escena... Y una casa de discos promocionándola a tope. A través de Radio Clásica, con criterios incomprensibles para elección de retransmisiones, hemos escuchado tenores y sopranos desgañitándose. Por cierto, ¿entraba en las recomendaciones de los expertos del Ente tirar la casa por la ventana con dos locutores para una misma retransmisión de la final del Concurso de Piano de Santander? Porque en la radio echamos mucho de menos los siempre sabios comentarios de Pérez de Arteaga, que sólo seguimos por TVE2. No hablo más por "Pietá, bel capo mio".

Este verano han trabajado más por ahí fuera nuestras mujeres que nuestros hombres pero, la verdad, tampoco demasiado. Porque, si quitamos la conexión de Pésaro, ¿qué queda? Casi nada: Beaumont en Salzburgo -atención a esta mezzo- y Cantarero bajo paraguas liceísta en Savolina. ¿Qué pasa con los nuestros? Los festivales no los consideran. Por lo demás, Domingo dejó claro en Londres quien es quién todavía y Barenboim hizo su agosto.

Lissner anunció ya sus planes para la Scala con una clara renovación a cargo de sus amigos de siempre y algún extra de peso, pero no aclaró qué otras responsabilidades abandonará y cometió el error de no incluir a Muti en su programación. Sus fans preparan con cañones el debut de Harding en Idomeneo.