Image: Lecturas africanas

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Opinión

Lecturas africanas

por Juan Palomo

17 mayo, 2007 02:00

Quentin Tarantino, Antonio Buero Vallejo, Edward Said y Fernando Vallejo

Mientras llega la Feria del Libro, que por cierto este año está dedicada a áfrica, la crisis del cine arrasa economías. Fernando Vallejo se hace mexicano a todos los efectos. El Día de los Museos también llega para la ciencia, que lo celebra con mucha chulería. También llegan los escritos musicales de Edward Said. Y Castilla-La Mancha publica a Buero Vallejo.

Aunque hasta mañana parece ser secreto de Estado, puedo adelantarles que la próxima Feria del Libro de Madrid (que comienza el viernes 25) estará dedicada a áfrica, aunque mirando más al Magreb que al corazón del continente negro. Además, me susurran con fundado temor que están teniendo problemas con algunos visados y que más de un invitado previsto no llegará a visitarnos. Con todo, parece que el esquivo Miquel Barceló será quien inaugure, el 28 de mayo, el programa de actividades con un encuentro con autores africanos como el libio Ibrahim Al-Koni y el egipcio Idris Ali.

Ni la Virgen de los sicarios pudo impedirlo: Fernando Vallejo, el más colombiano de los narradores colombianos, pendenciero y genial, ha renunciado a su nacionalidad y a "esa mala patria de Colombia" y es ya mexicano a todos los efectos. Y para que no haya dudas, ha mandado un exhaustivo memorial de agravios en el que, entre otras perlas, asegura que "desde niño sabía que Colombia era un país asesino, el más asesino de la tierra [...]. Colombia me cerró las puertas para que me ganara la vida de una forma decente que no fuera en el gobierno ni en la política, a los que desprecio, y me puso a dormir en la calle tapándome con periódicos". Y para que no decaiga, también ha anunciado su última cruzada, ahora contra la Iglesia católica.

Me confiesa un importante representante de actores que los sucesivos retrasos en la Ley del cine están llevando al sector a una situación imposible. Como protesta, las televisiones han anulado su labor como productores lo que está significando, a efectos prácticos, que el chorro de dinero se haya agotado. Decenas de proyectos se encuentran paralizados y la situación languidece en punto muerto. La tensión crece ya que son muchos quienes tienen hipotecas en el aire y llevan meses sin cobrar. Aunque... "no es plan de enfadarse demasiado con el Gobierno". Son los efectos colaterales de una gestión pésima.

Estaba preparado para la Noche de los Museos pero no sé si tanto. Me invita un amigo científico a la verbena que han organizado el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología y el Museo del Ferrocarril. Chotis y excelencia científica en una misma jornada. Y es que ¡qué chula es la ciencia y qué chulo el ferrocarril!, según reza su propia convocatoria. Ay, si levantara la cabeza el profesor Tornasol, ahora que mi querido Hergé cumple 100 añitos...

No sé si en este caso se ha producido una puja implacable entre editores tahúres como la que les conté la pasada semana en torno a Las Clementes de Littel, pero malpienso lo peor. Hace más de un año, un joven editor catalán mencionaba a sus amigos, como uno de sus proyectos más queridos y difíciles, el de la publicación de los escritos sobre música de Edward Said. Lo peor, decía, era las negociaciones con la implacable viuda del escritor, que quería pero no, que dudaba aunque sí. Pasaron los meses, y no hubo nada. Y ahora, Debate, del grupo Random, anuncia para mediados de junio Elaboraciones musicales. Ensayos sobre música clásica, de Said. ¿Quién habrá desafinado esta vez?

Ayer comenzó el Festival de Cannes. De cara a la galería, mucho glamour. De puertas para adentro se juegan negocios más sucios. Como la última tendencia, que las celebrities cobren a las distribuidoras las entrevistas que conceden. Me soplan que este año el caché más caro lo tiene Tarantino que viajará a la Costa Azul para presentar Grindhouse. Nada menos que 50.000 dólares pide por abrir la boca ante los periodistas.

S i después de la batalla por el Archivo de la Guerra Civil creían que ya no cabía decir nada más de Salamanca, estaban más que equivocados. Sin ir más lejos, Luciano Egido se sumerge en El segundo corazón (Paisaje de las Letras) en su pasado remoto, sus años de universidad, su eterno presente y sus escarramejas. A fin de cuentas y como él mismo explica, "yo nací en Salamanca y aún no me he repuesto del trauma". Pues eso, ¡bendito Freud!

Por cierto. ¿Quieren saber cómo enseñaba Buero Vallejo a los milicianos para que supieran poner bien las vendas a los heridos durante la Guerra Civil? ¿Y cómo hacer propaganda, que lo mismo contaba la historia de la sanidad militar que animaba a los soldados del frente? Nada menos que con dibujos, que ahora aparecen recopilados en el libro Buero antes de Buero editado por la Junta de Castilla-La Mancha.