Image: El cursi accidental

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Opinión

El cursi accidental

por Juan Palomo

14 junio, 2007 02:00

Antonio Gala; Fernando Arrabal; Miquel Barceló y José Tomás

Balance de la Feria del Libro, que este año ha vuelto por donde solía. Francisco Silvela nos enseña cómo distinguir a los cursis. José Tomás levanta pasiones intelectuales. La vida de los otros rompe las taquillas (para ser cine de autor y bueno, claro). En el otro lado de la moneda, Jaime Rosales. De los ninguneos y vetos actuales del pánico Arrabal. Y Jesús Munárriz o el sexo del autor.

Se acabó lo que se daba: las interminables colas, los autores náufragos en sus casetas y esos editores de provincias felices por abrasarse primero, desolados de abandono después. Han arrasado los de siempre, es decir, Gala, Grandes, Falcones, Ussía... , y no llegó, aunque se la esperaba desde marzo, Ana María Matute con Paraíso inhabitado, por la que ya les conté que habría cobrado un millón de euros y que no ha entregado a su editor.

Si es que todo está escrito: gracias a un divertidísimo librito de Francisco Silvela (sí, el político) titulado Arte de distinguir a los cursis (Trama) descubro no sólo que estamos rodeados, sino que hay cursis accidentales, que todos podemos serlo y que, afortunadamente, tiene cura. O sea, que además de reconocerlos y reconocernos (¡ay!) con piedad, Silvela aconseja contra la papanatería al uso: "Si no os gusta una poesía, aunque sea de Byron, decidlo francamente [...] porque la sinceridad, la franqueza, la sencillez y el amable abandono son los mejores antídoros contra esa enfermedad tenderil y dominguera".

Hacía tiempo que no veía tanta pasión por los toros como con la vuelta, el domingo en Barcelona, de José Tomás a los ruedos. Todos se apuntan ahora a la fiesta. A los aficionados y estudiosos de siempre se unen estos días, una legión sumisa de progres y demás snobs respondiendo al reclamo design de los trabajos de Miquel Barceló y Fernando Salas. Y es que, como se demostró en la convocatoria del Premio Paquiro a Sebastián Castella (me dijeron que estuvo cumbre), la Fiesta está en su momento.

Me pregunto estos días por qué Barenboim se ha convertido en el rey de los festivales de verano. ¿Quién o quiénes están empujándole hasta el punto de anular a las otras batutas? ¿Tendrá que ver con razones artísticas? Y, ¿cómo es que la Junta de Andalucía -que sostiene la Orquesta del Diván- admite que no haya ni cinco minutos de música española en su repertorio?

Ha recaudado más dinero que Seduciendo a un extraño, la última película de Bruce Willis y Halle Berry, o mucho más que El buen pastor, el filme de Robert DeNiro que reúne a Matt Damon y Angelina Jolie. No, no me refiero a Piratas del Caribe 3 sino a La vida de los otros, el bombazo cinematográfico de la temporada. Hasta la fecha, casi 800.000 personas han tenido el buen gusto de ir a ver esta producción de Florian Henckel que ganó el Oscar a la Mejor Película Extranjera y, misterios de la vida, ha logrado seducir al público patrio como ningún otro filme de autor. Cuatro meses después de su estreno se mantiene en el número 13 de la taquilla y semana a semana consolida su gancho. Desconozco los motivos, pero tengo muy claro que es una maravilla.

¿Hasta cuando vamos a ver editadas antologías compiladas sólo por el sexo de los autores/as? ¿Tu quoque, Jesús Munárriz? ¿A qué viene a estas alturas esa En voz alta con poemas de mujeres de los 50 y los 70? ¿Publicarás acaso el mes que viene otra antología de poetas-hombres de los 60?

Y si me alegro por el éxito de La vida de los otros, me deprimo por el fracaso comercial de La soledad. La película de Jaime Rosales ni siquiera logró la semana pasada colarse entre las veinte más taquilleras a pesar del unánime apoyo de la crítica. Me pregunto hasta qué punto el rechazo de los espectadores al cine español sobrepasa lo razonable. Porque, desde luego, después de verla nadie puede decir que aquí sólo se hace cine mediocre. Alguien debería estudiar cuál es el problema.

Billy el Niño cabalga de nuevo. Al libro que ha publicado sobre su corta vida Michael Wallis en Estados Unidos y a la película de Anne Feisnliber que se estrena el 6 de julio en España se suma el espectáculo Las obras completas de Billy el Niño, que la compañía Quantum representará durante el próximo Festival de Otoño. Como la pieza sea como el Dog face que la misma compañía presentó hace dos años en la capital, la diversión está asegurada.

P.D.Del Diccionario Pánico de Arrabal: Ninguneos y vetos actuales: "Hasta mis 43 años me acostumbré tan bien a que mi nombre estuviera prohibido en la prensa ‘nacional’ que hoy vivo sin apuro los valladares de la insensatez". Pues eso. No han pasado cuarenta años, pero se acabó el callar esos silencios que ofenden.