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Opinión

Cultura singular

por Juan Palomo

21 junio, 2007 02:00

Enrique Vila-Matas, Fernando Vallejo, Lourdes Fernández y A. Solzhenitsyn

Solzhenitsyn, la mirada más triste de la semana. En-redo germano-catalán -sin gracia- de la Feria de Francfort con silencios también congelados. Seix Barral no teme a la fatwa, así que publicará en otoño La puta de Babilonia, de Fernando Vallejo. Woody Allen, abrumado por la hospitalidad de Barcelona. Arco prepara novedades sorprendentes. Y José Ramón Fernández, a lo suyo.

La mirada desvalida del anciano Solzhenitsyn me ha llenado de tristeza toda la semana. Pobre viejo. Sobrevivir al Gulag y tener que soportar, al final, indefenso y encima sonriente, la prepotencia azul y seca del mandatario aquél que ya entonces flirteaba con el KGB y su tragedia. Demasiada humillación, ¿no creen? ¿Habrá dejado escrito al menos algo de estos últimos años de silencio casi siberiano?

De chirigota en cambio me parece el enredo germano-catalán de la Feria de Francfort, pero sin pizca de gracia. Pasan los días y la discusión provocada por el éste-sí-éste-no de la Generalitat sectaria y provinciana está sacando al aire lo peor de cada casa. Para empezar, los silencios de los futuros viajeros: qué dice Gimferrer (editor en castellano, claro), y Quim Monzó, y Baltasar Porcel, y Carmen Riera, y Sánchez Piñol, y Empar Moliner de tal invento? ¿Por qué están mudos? ¿Tan suculento es el pesebre? Más: ¿son más catalanes quizá William Cliff, Michael Ebmeyer, Konrad Gyürgy, Katja Lange-Möller o Simona Skrabec, todos muy famosos en el Ampurdán, que los desconocidos Marsé, Mendoza, Vila-Matas...?

Mención especial merecen los llamados "virtuales", empezando por Sergi Pàmies. Resulta que no invitan a su madre, la benemérita Teresa Pàmies, autora de varias decenas de novelas en catalán, así que él no va... físicamente, porque va a participar en el audiovisual Cultura catalana: singular y universal, que no es cosa de perder la oportunidad. Como Juan Goytisolo, siempre tan ambiguo en todo lo suyo. Quizá por eso, la Feria de Londres le empieza a pisar los talones a la de Francfort, y si seguimos así, en un par de años se la come con chucrut.

Hace unas semanas les comenté la penúltima del ex colombiano Fernando Vallejo, esto es, la enorme polémica suscitada por los ataques de su último libro, La puta de Babilonia, a la Iglesia católica. Lo que no les conté fue que en el libro también arremete, con ira desatada y corrosivo humor, contra el Islam,y que nadie se atrevía a mencionarlo por aquello de no jugarse el pescuezo riendo la broma. Total, que la editorial que habitualmente le publica en España no se atrevía del todo, y será Seix Barral la que lo lance el próximo septiembre. Me cuentan que vale la pena desafiar a la fatwa, Alá mediante.

Atención galeristas y feriantes de todo el mundo, que se termina el plazo. Mañana mismo cierra ARCO su garita para echar la solicitud si quieren ustedes participar en la feria de arte madrileña del año que viene. Se celebrará del 13 al 17 de febrero de 2008 con Brasil como país invitado. Sólo por eso, dicen, ya merece la pena. Pero es que además me adelantan sus galeristas amigos que Lourdes Fernández, la nueva directora, pergeña mucha novedad y mucho cuento. Nuevos pabellones, nuevo diseño... dermoestética total para hacer de ARCO la cita ineludible del sur de Europa.

Como los medios locales sigan obsesionados por su presencia en Barcelona, mis amigos catalanes van a terminar por desear que regrese pronto a su amado Manhattan. Hablo de Woody Allen, que sigue paseando por la ciudad (que le parece "muy bonita") buscando localizaciones y rostros frescos con los que completar el casting, lo que ha desatado una verdadera histeria por cruzárselo.Tiene su aquél, por cierto, que el Ayuntamiento de Barcelona haya contribuido con un millón de euros a su película cuando nunca ha puesto un duro para fomentar a los cineastas catalanes.

No puedo evitar sentirme inquieto por el rumbo que ha tomado la carrera de Antonio Banderas, que acaba de promocionar la tercera entrega de Shrek. Anunció que hará una película de animación dedicada a su personaje el gato con botas. No es que esté mal, sólo que me gustaría verle en algún proyecto más ambicioso. Por cierto, que su Camino de los ingleses está triunfando entre la crítica extranjera.

Me gusta contarles que, sin apenas ruido, José Ramón Fernández continúa impertérrito su firme carrera teatral. El autor, premio Lope de Vega de hace dos años por Nina, estrena esta noche su quinta obra de la temporada en la sala ítaca de Madrid. En la calle se llama, y toma como punto de apoyo La Strada, de Fellini, y La busca, la novela de Pío Baroja, para hablar del desamparo de los jóvenes que malviven por las calles. Vayan y vean.