Don Luis Rojas Marcos

Han sido vistas las diligencias seguidas contra Don Luis Rojas Marcos y ha sido probado y así se declara como:

HECHOS PROBADOS
1.- Que D. Luis ha publicado La autoestima. Nuestra fuerza secreta. ítem más: que dicho libro lleva meses a la cabeza de los más vendidos.

2.-Que el libro no dice nada que no sea obvio. Dice de la autoestima lo que decían los curas del biquini, que no es ni bueno ni malo: depende de la intención con la que una se lo ponga. Que la autoestima puede ser mala en Calígula o Idi Amín. Que cómo nos perciben los demás es importante y que es positivo recibir afecto. Que para "los hombres, sobre todo jóvenes, no poseer un pene de tamaño apropiado o que funcione adecuadamente es casi siempre nocivo para su autoestima". Todo cosas así: sorprendentes novedades.

3.-Que D. Luis compara el nivel relativo de autoestima entre hombres y mujeres, grupos étnicos, nativos e inmigrantes, homosexuales y heterosexuales, por edades, sanos y enfermos, minorías y mayorías, etc.; si bien nunca entre ricos y pobres, por ejemplo. Al parecer, ningún factor económico o social interviene de forma significativa en la autoestima. D. Luis deja bien establecido que la autoestima depende "menos de nuestras cualidades y circunstancias que de nuestra actitud hacia ellas". La actitud, al parecer, sólo depende de uno mismo, como es característico de la autoayuda idealista.

4.-Que D. Luis escribe en un tono científico (aunque divulgativo y salpicado de esas simpáticas anécdotas en las que un niño da la respuesta definitiva al científico). ítem más: parece una parodia dirigida a lectores impresionables. Habla de "gestionarse la vida", afirma que el ego es el "departamento ejecutivo", usa conceptos como el de "autoeficacia". No faltan párrafos del tipo: "El psicólogo Mark L. Leary y su equipo de la Universidad de Wake Forrest, de Carolina del Norte", tras investigaciones exhaustivas, ha "demostrado" que los adolescentes reconocen haber "realizado actos peligrosos […] para impresionar a sus acompañantes". ¿Cuántos "equipos" hacen falta para "demostrar" lo que cualquiera sabe desde el bachillerato?

FUNDAMENTOS DE DERECHO
Los hechos probados son constitutivos de un delito de estafa intelectual con la agravante de alevosía seudocientífica. "En mi opinión, y no me canso de repetirla, el derecho de nacimiento de todas las criaturas implica el crecimiento libre de abusos y crueldades". ¿Alguien no está de acuerdo? Que levante la mano. Si una opinión es el "dictamen, juicio o parecer que se forma de una cosa cuestionable" (DRAE), no parece posible "opinar" que el agua moja (y encima no cansarse de repetirlo). Sin embargo, en estos tristes tiempos de unanimidad, nadie opina de verdad. Como D. Luis, afirman lo consabido: que la guerra es mala, que los puñetazos duelen y que la leche es blanca. Hay que arriesgarse a no tener razón y decir algo con lo que se pueda no estar de acuerdo. Opinar sobre lo incuestionable es una estafa a la que ya nos van acostumbrando nuestros intelectuales. La ausencia de pensamiento la enmascara maliciosamente D. Luis con la parodia de lo científico. Abundan los previsibles experimentos con primates, personas con oportunas lesiones cerebrales y gemelos separados al nacer. ¿De verdad hay tantos o es que los pocos que hay son ya profesionales y dedican la totalidad de su tiempo a corroborar las ocurrencias de los psiquiatras? D. Luis es, por ejemplo, capaz de afirmar que unos "equipos se dedicaron metódicamente a entrevistar personalmente y a medir la autoestima a casi cuatro mil parejas de mellizos" (p.70); sin que eso le impida asegurar que la autoestima "no podemos medirla" (p. 29) o que "todavía no se ha inventado un método para medir objetivamente el grado de autoestima de la gente" (p.144).

ACUERDO
Que debo condenar y condeno a D. Luis, como autor de un delito de estafa intelectual con la agravante de alevosía seudocientífica, a la pena de no aparecer en televisión durante cinco días completos, con la accesoria de ejercer durante seis meses como Jefe de Salud Mental de la Casa Real monegasca y escribir luego un libro sobre su instructiva experiencia.

Así lo pronuncio, mando y firmo