Image: Arriba el telón

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Opinión

Arriba el telón

Por Juan Palomo

27 marzo, 2008 01:00

Eduardo Mendoza, Seamus Heaney, Darío Fo y J.A Millán.

Córdoba, cercana y mora, se prepara un año más para una nueva y gozosa caravana de poetas. Ya saben, el próximo martes arranca la V Cosmopoética, con 130 actividades programadas, y 150 artistas de veinte países. Me cuentan que este año va a ser de traca, con dos premios Nobel tan distintos y poco distantes como Seamus Heaney y Dario Fo. Les confieso, sin embargo, y con permiso de la estadounidense Jorie Graham, de Antonio Gala, Villena, Chantall Maillard, Belén Gopegui, Aute y de Antonio Luque (Sr. Chinarro), que mi actividad preferida es "Poesía para la libertad": al parecer desde el mes de enero los presos de la Cárcel Provincial de Córdoba se reúnen dos veces por semana con una joven poeta cordobesa, Alejandra Vanessa, y hablan de poesía y poetas, leen sus propios versos, y en la última sesión se mezclarán con los invitados y participarán en un recital común. Lo mejor es que los organizadores no admiten broma alguna sobre Papillón, Alcatraz, ni otras fugas famosas, pero habrá que seguirles la pista... poética, por supuesto.

Ya les había hablado de El asombroso viaje de Pomponio Flato, de Eduardo Mendoza (Seix Barral), una de las novedades de esta primavera. Me cuentan que pretende ser parodia de la novela histórica tan de moda, y de la hagiografía, y transcurre en el siglo I de nuestra era, cuando Pomponio viaja hasta Nazaret y es contratado por el hijo de un carpintero cuyo padre está acusado del asesinato de un rico ciudadano. Lo que no les había mencionado es que el regreso del novelista catalán tiene algo de vergonzante: me comentan que no quiere dar entrevistas personales y que sólo ha accedido a asistir a una rueda de prensa, escaldado quizá por lo peliagudo del tema (y eso que el protagonista no es Mahoma niño), o por los palos que recibió su Mauricio o Las elecciones primarias en muy diversos tribunales.

En Estados Unidos andan algo inquietos porque sus dos apuestas cinematográficas más fuertes de la temporada, 10.000, del fallido Roland Emmerich, y Horton, están encontrando una competencia feroz en Europa.Mientras en Alemania Die Welle se muestra intratable como líder de la taquilla, en Italia el éxito de la comedia Grande, Grosso e Verdone se acerca al fenómeno sociológico. Los franceses, siempre tan suyos, han preferido ver otra comedia, Bienvenue chez les Ch’tis. Todas comerciales aunque en clave local. Por España los ejecutivos de las majors no tienen por qué preocuparse. Ambos filmes están arrasando.

Permítanme una recomendación: ahora que las intoxicaciones en internet se han puesto de moda (¿verdad, Obdulio?), no pierdan de vista el Manual de urbanidad y buenas maneras en la red de José Antonio Millán (Melusina) en el que explica desde cómo deben ser los encabezamientos de los emails a la mejor manera de enviar un documento o cómo es la vida en un blog. No tiene desperdicio, sobre todo cuando nos descubre que en caso de ruptura amorosa, aquello de "devuélveme el rosario de mi madre, y quédate con todo lo demás" está definitivamente demodé: ahora lo que se estila es "devolver físicamente los correos electrónicos recibidos". O sea, como un spam más.

Dentro de unas semanas la editorial Ariel lanza Shakespeare & Company, las memorias de Sylvia Beach, inéditas en España según la editorial, aunque la Universidad de León las publicara, en edición bilingöe, allá por el año 2000. En cualquier caso, la historia de la editora y librera instalada en el París desde principios del siglo XX guarda más de una sorpresa, como, por ejemplo, las anécdotas sobre la primera edición del Ulises de Joyce, que ella publicó, o la entrada de Hemingway con las tropas aliadas en el París ocupado por los nazis, y cómo visitó la calle Odeón, donde estaba la librería de Beach, para después "liberar", en palabras del propio escritor, "el bar de Ritz."

Tras pasar un año en el circuito Off-Broadway de Nueva York, In The Heights, un musical sobre latinos creado por latinos se acaba de estrenar en Broadway y amenaza con hacer historia, ya que, según la revista "Time", "Es contemporánea, sincera y llena de esperanza". El "New York Times" no se queda atrás: "Una sensación de emoción que casi nunca emana de una platea de Broadway". Ni el "USA Today": "Evidencia de un espíritu más progresista y culturalmente ecléctico en el teatro musical". ¿Llegaremos a verlo aquí? l