Image: Verdades incómodas

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Opinión

Verdades incómodas

Por Juan Palomo

29 mayo, 2008 02:00

Francisco Ayala, Paulo Coelho, Pablo Llorca y Nacho Duato.

Ahora que el Retiro madrileño se llena de feriantes y bestselleros, no me resisto a contarles la penúltima de Paulo Coelho o por qué Random House no sabe cómo disculparse con México por un vídeo colgado en You Tube para promocionar la obra de bolsillo del brasileño. Resulta que en el vídeo se ve a dos jóvenes con una bandera de México al cuello como una capa, que irrumpen en una firma de libros del escritor y le arrancan algo del bolsillo de su chaqueta. Y claro, como allí sí que son sentidos con sus símbolos, la Secretaría de Gobernación ha pedido a la Cancillería mexicana que indague el posible mal uso de la bandera. El vídeo ya ha desaparecido, y Coelho explica, chistoso, que a él lo que le molesta es que en el rodaje le rompieron su mejor chaqueta.

José Manuel Garrido ha cumplido diez años al frente del Teatro de Madrid y lo celebró con un fiestorro con espectáculo incluido. Sus dotes de showman quedaron demostradas en la presentación de lo que ha hecho en estos dos lustros. Dijo que con cuatro duros ha gestionado el Teatro: recibe del Ayuntamiento de Madrid 70 millones de pesetas al año, el teatro es propiedad municipal, y su equipo y él, Artibus, lo han explotado haciéndolo rentable. Apostaría a que es el proyecto escénico más barato de los que tiene entre manos el Ayuntamiento. Visto el marrón en el que se debate la Comunidad con el Teatro del Canal, yo me fijaría en gestiones que dan ejemplo.

Se cumplen estos días 80 años de la publicación de la revista Gallo, un proyecto que arrancó gracias a Lorca y que contó con colaboradores tan ilustres como Picasso o Dalí. La Alhambra se ha hecho eco del aniversario montando la exposición Gallo, interior de una revista. 1928. Pese a su corta existencia (sólo dos números) por sus páginas pasaron, además, Guillén, Bergamín, Ayala o Fernández Almagro. Estará en el Palacio Carlos V hasta septiembre y luego desembarcará, como no podía ser menos, en el Pabellón Transatlántico de la Residencia de Estudiantes de Madrid. Un lujo.

Quizá puede hablarse de efecto llamada. Tras el debut del cortometrajista Luiso Berdejo en Estados Unidos (la película se llama The New Daughter y la protagoniza Kevin Costner) otros dos destacados directores de la nueva generación, Nacho Vigalondo y Rafa Cortés podrían rodar allí sus nuevas películas. El primero, con United Artists, la productora de Tom Cruise que ya ha comprado los derechos para el remake de su esperada Los cronocrímenes. Del segundo, de momento no se conocen los detalles. Da que pensar. (Por cierto, otro arriesgado, Pablo Llorca, de momento se queda y finalmente estrena mañana Uno de los dos no puedo estar equivocado, interesante reflexión sobre el papel de la narración en la vida).

Nacho Duato se puso en jarras cuando le dijeron que tenía que dejar la Compañía Nacional de Danza y me cuentan que cameló a la "vice" para asegurarse otros siete años más en la poltrona. Podrá celebrar sus bodas de plata en la Compañía. Gerardo Vera lo mismo. Tambien necesita más tiempo para culminar su proyecto al frente del Centro Dramático Nacional, aunque todavía nadie lo conzca ni conste por escrito. Total, que tres años más para Vera. Y Eduardo Vasco, y Luis Olmos, y José Antonio, visto los visto ¿no van a patalear ni siquiera un poco para, por lo menos, agotar la legislatura? Aquello de que en 2010 todos a la calle, fue entonces una falsa alarma? ¿O será más bien lo de unos sí y otros no, según, como casi siempre?

Mientras en España nos entretenemos con Chikilicuatre, en EEUU la pelea entre Matt Damon y el presentador de un late night show, Jimmy Kimmel, se ha convertido en un fenómeno sociológico. Harto de las bromas a su costa, Damon hizo un vídeo musical con la novia de Kimmel titulado I am fucking Matt Damon que ha batido récord de visitas en YouTube y medio país se ha puesto como melodía en el móvil. Kimmel, para vengarse, contraatacó con otro llamado I am fucking Ben Affleck en el que aparece Cameron Diaz, Brad Pitt, Robin Williams y el propio Affleck, claro.

PD. Con tanto manifiesto es fácil equivocarse, pero no, el problema es el amiguismo y los prejuicios pro, no anti...

Solito en la vida por Arcadi Espada

No es exacto que Madrid no haya puesto nunca condiciones. La principal condición siempre ha sido vivir allí. Cójase la relación de los columnistas que hoy jueves escriben en los tres principales periódicos españoles. A ver cuántos viven en la provincia. Hágase lo mismo con las tertulias televisivas, radiofónicas, etcétera y con cualquier relación de premios literarios o artísticos en general. La razón de esta predominancia absoluta es fundamentalmente económica: Madrid no quiere costearle al creador los desplazamientos y además prefiere que viva entre la gente que decide porque, entre otras muchas razones funcionales, así pueden facilitarse las relaciones de reciprocidad social necesarias. El lobby de Madrid, como el de Washington, es formidable y cuesta mucho sustraerse a sus premisas. De ahí que pueda relativizarse la propaganda que presenta a la capital como obstinado rompeolas de España.

Sin embargo, no es lo mismo exigir suelo que sangre. Y esa línea es la que acaban de cruzar los que han firmado el documento en pos de un teatro libre de la peste catalana. Aunque, cabe decir, que no son otra cosa que hijos tardíos y lerdos de los políticos que prefirieron rebajar el Distrito Federal al rango de Comunidad del oso y el madroño.