Image: Simios y apóstoles

Image: Simios y apóstoles

Opinión

Simios y apóstoles

Por Juan Bonilla

30 octubre, 2009 01:00

Juan Bonilla

Una prueba más de que lo que nos enseña la fábula de Pedro y el lobo es con qué maestría se publicita el lobo, cómo utiliza al niño para sus fines: comerse, tranquilamente, las gallinas. Califican de pornográfica una película -Saw VI- por hacer apología de la violencia y en las tiendas se agotan los ejemplares de las cinco partes anteriores. El mero hecho de que tengas ganas de ver alguna película de la serie, es ya una victoria del lobo, esta vez publicitado por los apostólicos censores que, por cuidar de nosotros, han prestigiado a una película, seguramente, infame. Y lo único que logran es que nos preguntemos: ¿qué entienden ellos por apología de la violencia y por qué nunca antes se utilizó semejante recurso? Hay mucho de eso en Tarantino, y ya ves lo que nos divierte. Claro que Tarantino es un maestro, pero entonces estaríamos vindicando para los censores el papel de críticos: multan, no la violencia, sino la calidad del producto. ¡En estos tiempos, en los que esa peli estará al alcance de cualquier mocoso en un par de semanas y todos tendremos ganas de verla y saber por qué la prohiben! Qué listo es el lobo.