Image: Simios y apóstoles

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Opinión

Simios y apóstoles

Por Juan Bonilla

26 febrero, 2010 01:00

Juan Bonilla


Se ha hablado mucho de la película sobre Gil de Biedma -ni fuh ni fah, en cualquier caso menos potente que la biografía de Dalmau-, y poco, o nada, de una película meritoria sobre su compañero Gabriel Ferrater. La ha hecho Enric Juste y se titula Metrónom Ferrater. Emociona ver a Ferrater recitando su Canço del gosar poder, arrastrando las erres ante un auditorio encendido que le ovaciona. Seducen los comentarios de Jordi Cornudella, que explica vertiginosamente, las razones por las que Ferrater abandonó la poesía. Vargas Llosa, Azúa, Castellet y Rico recuerdan al amigo. Maravilla ver a Jill Jarrell, aunque se eche de menos no ver a ninguna de las otras mujeres que ocuparon los días del gran poeta. Y la lectura de un par de poemas, a cargo de una rapsoda, no es especialmente dichosa. Pero el resultado es magnífico: limpio, aseado, sensato, memorable. Como quería Ferrater que fueran los poemas. Terminado de ver, le entran a uno unas ganas irreprimibles de volver a pasear por su poesía. Una prueba eficaz, por lo demás, de que a los poetas, cuando se les transforma en cine, les conviene toparse con un documentalista que no esté dispuesto a ceder ante las trampas propias a las que invita la ficción.