Image: Balonazos

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Opinión

Balonazos

Por Juan PalomoParticipe en el blog de Juan Palomo

2 julio, 2010 02:00

Arturo pérez Reverte, Alberto Vázquez Figueroa, Ernesto Sábato y María Dueñas


La Fundación Teatro de La Abadía que dirige José Luis Gómez recibe al año más de tres millones de euros en subvenciones, principalmente de la Comunidad de Madrid. Es dinero público que usa en programar las dos salas que tiene en la capital y el Corral de Alcalá de Henares, un coqueto espacio de poco más de cien butacas. Con ese dinero la Fundación sólo programa nueve meses, pues cierra de junio a septiembre. Y pocas veces este año las dos salas han ofrecido una programación simultánea. Algo parecido ocurre en el CDN, que tiene más dinero (siete millones de euros para 2010), más teatros (dos, con dos salas cada uno) y hace más producciones. ¿Por qué los teatros públicos tienen tantas vacaciones? Excluyamos el Español, que no cierra en julio y tiene las Naves abiertas en agosto.
Mientras Ernesto Sábato continua silenciosamente cumpliendo años, 99 ya, la figura de Cortázar no cesa de perfilarse con matices nuevos. Así, el próximo septiembre verán la luz en Alfaguara más de cien cartas, hasta ahora inéditas, a sus amigos Eduardo y María Jonquières. En ellas, el autor de Rayuela revela detalles íntimos de su vida literaria y personal en Francia. Por ejemplo, en una escrita en 1958 explica: "ahora vivo, para mi mal, en un plano en el que la edad y el progresivo reumatismo de la voluntad lo van haciendo pasar a uno del plano estético al ético. Tal es, por lo demás, el tema de la novela que acabo de terminar. Al lado de un Sergio de Castro, dispuesto a pisotear la cara de su madre con tal de seguir adelante su carrera, yo descubro con tristeza que cada vez me cuesta más hacer sufrir a los demás, que cada vez me es más duro pagar mis viajes con las lágrimas de mi madre".
Culpable de éxito en primer grado, hay quien no le perdona a Pérez-Reverte ni su impertinencia ni, sobre todo, sus ventas. Pero, ¿saben que es también un lector generoso que se alegra del éxito de un colega y recomienda estos días la novela de María Dueñas, la revelación del año? Créanme que no es lo normal. Y hablando de éxitos y envidias, ¿alguna vez sabremos por qué los libros de Vázquez Figueroa, esos que arrasan en las ferias del libro, jamás figuran en las listas de los más vendidos? ¿Será verdad que los libreros no lo mencionan porque piensan que no da prestigio, con los libros tan atroces, con perdón, que suelen incluir?

Leo en The Guardian al prestigioso crítico de arte Jonathan Jones que encumbra sin sonrojo a los dibujantes de Pixar, creadores de la esperadísima Toy Story 3, y los compara con el mismísimo Leonardo Da Vinci. Se enfrentan, según el crítico de arte británico, a problemas similares que los maestros del Renacimiento. Los "nuevos Leonardos" los llama. Ya me estoy imaginando la cara de esos opinion makers que critican sin pudor todo lo que no huela a arte clásico al leer estas afirmaciones.
No seré yo quien proclame, como Pier Paolo Pasolini, con lo que está cayendo (Francia, Italia...), que "El máximo goleador es el mejor poeta del año", pero lo cierto es que el cineasta tenía toda una teoría que relacionaba regates y fonemas, y que le llevó a explicar, en un artículo del año 65, que "El fútbol en poesía es el del fútbol latinoamericano", mientras que el europeo era sólo prosa. Más de 40 años después, el mundo intelectual latinoamericano permanece sedado a balonazos poéticos, mientras el fútbol conquista incluso el exclusivo New Yorker gracias a un exhaustivo ensayo de la mexicana Alma Guillermoprieto.