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Opinión

¡Ganamos!

Por Juan Palomo Participe en el blog de Juan Palomo

15 octubre, 2010 02:00

Octavio Paz, Jorge Luis Borges, Juan Diego Flórez y Oliver Stone


Luzco tremenda sonrisa desde que le han dado el Nobel a Mario Vargas Llosa. ¡Cuántos reconocimientos merecidos, cuántos honores! Los medios rompieron sus portadas: El peruano La República titulaba, sobre una enorme foto de Mario, "Soy Perú". Y el brasileño O Globo -"¡Por fin"-, el argentino Clarín -"Un genio que incomoda"-, el mexicano La Jornada "Premio a la lengua española"-, el francés Liberation -"Las mil vidas de un Nobel", el alemán Die Welt "Un liberal rebelde" o el italiano Corriere della Sera -"Un Nobel contra el despotismo". La Feria del Libro de Frankfurt estalló en tumultuosa algarabía y el Rey Juan Carlos, entrañable, exclamó: "Te quiero mucho, Mario".

Pero era previsible. Me di un garbeo por Twitter y allí estaban también las críticas, cortadas por el mismo patrón: "Me gustan su libros pese a sus ideas". No pude evitar pensar que tal decían aquellos que ni conocen sus ideas ni han leído sus libros, porque en ambos vibra la misma defensa irreprochable del individuo frente a la tiranía. Granma, el diario oficial cubano, llamaba al escritor "antinóbel de la ética". Willy Toledo, borroka profesional de la declaración, le llamaba "derechista peligroso". Y Oliver Stone le adjetivaba de "muy conservador". Y a continuación: "¿Qué ha escrito que le interese a nadie?". Ni idea el tío.

Mejor intencionado pero no menos lego, el expresidente mexicano Vicente Fox felicitó a Vargas Llosa por ganar el Nobel al igual que Octavio Paz y... ¡Jorge Luis Borges! Internet lo rebotó a toda velocidad. Las redes sociales ardían. En Facebook, la página oficial de Vargas Llosa sumó 7.000 seguidores en 24 horas, los listados de obras preferidas se multiplicaban y los privilegiados presumían de sus libros dedicados por el Nobel.

El premio desbordó la alegría también en Madrid. Un amplio grupo de escritores de la nueva narrativa iberoamericana (Andrés Neuman, Elmer Mendoza, Pablo Simonetti, Xavier Velasco...) recibió la noticia en la Casa de América. Se declararon discípulos suyos, partícipes de la misma pléyade literaria del idioma. Y por eso hablaron del Nobel como un "orgullo" para Latinoamérica. "Me he encontrado con Elmer Mendoza", decía el mexicano Xavier Velasco, "nos hemos abrazado con enorme alegría y nos hemos dicho: ¡Ganamos!"

Con Mario más vale tener la grabadora bien engrasada. Siempre tiene algo interesante que contar. A Salzburgo acude cada verano en calidad de disfrutón, y le acreditan siempre. Mortier ha cenado con él y le ha cogido la matrícula para una ópera. Juan Diego Flórez estaría en el reparto. En la grada, ese crítico al que le temblaban las piernas por "haber meado a lado de Mario". Y es que tiene un estatus. A las puertas del Festspielhaus de Bayreuth salió Katharina Wagner a recibir a Angela Merkel, al presidente de Baviera y al alcalde de la ciudad. A Vargas Llosa lo atendió en la intimidad de su despacho.