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Opinión

Solito en la vida

Por Arcadi EspadaVer todos los artículos de 'Solito en la vida'

15 octubre, 2010 02:00

Arcadi Espada


El tema de Vargas es la tiranía. Comprendo que sea más elegante (y más inane) hablar de la libertad. Pero desde La Ciudad y los Perros hasta esta última historia del rey Leopoldo y sus incalculables víctimas, Vargas se ha convertido en el especialista máximo en cualquier forma de tiranía. Tiranía y no tirano, hay que seguir precisando. A diferencia de Miguel Ángel Asturias (El señor presidente) o García Márquez (El otoño del patriarca), Vargas no se ha dejado deslumbrar, ni deslumbrarnos, por la figura puramente física del tirano y por sus peligrosas derivas poéticas. Vargas, a pesar de Trujillo, ha salido con bien de la difícil prueba de la encarnación literaria. Es así como su experimento moral y artístico lo emparenta con Orwell, a cuya estirpe sobria, inteligente y valerosa pertenece. No hay duda de que el tirano es un hombre. ¡Pero lo que interesa es su obra! Esa persecución de la tiranía le ha llevado a Vargas a clamar contra la principal de nuestro tiempo, que es el nacionalismo. Como era de esperar, pudorosamente velada en muchas de las celebraciones, que así se adecuan, por si faltara, a su ontológico tono mortuorio.