Image: Yo (también) acuso

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Opinión

Yo (también) acuso

Por Juan Palomo Participe en el blog de Juan Palomo

5 noviembre, 2010 01:00

García Márquez, Leo Bassi, Rolando Villazón y Stieg Larsson


No seré yo quien celebre las fantasmadas del escritor, hoy sojuzgado, pero ni puedo ni quiero unirme a los talibanes dispuestos a lapidarle, ni a quienes retiran sus libros del mercado. ¿Para cuándo una quema pública de ejemplares? ¿O de su efigie? ¿Le haremos comer sus páginas, como hacían los castristas con los poetas poco afectos? No, yo acuso a demasiados de doble moral: ¿qué hicieron, que escribieron, qué denunciaron cuando García Márquez publicó su Historia de mis putas tristes? ¿No fueron los mismos que defendieron la libertad de un Polanski condenado por abusos reales a una adolescente? ¿Y Gil de Biedma? ¿Y Kawabata? Ah, ¿por qué le llamarán literatura cuando quieren decir política, impura y mezquina?

Es lo que tiene ser tan Bassico y previsible: si el tiempo y la autoridad no lo impiden (y va a ser que no), esta tarde, a las 6, en Barcelona, habrá escandalete mediático, porque el polémico actor italiano va a celebrar, a su manera, la llegada de Benedicto XVI a nuestro país, y la reedición de Amor se escribe sin hache, de Jardiel Poncela (Blackie Books) al mismo tiempo y por el mismo precio. Los de la editorial no se atreven a avanzar nada, pero se frotan las manos, aunque sepan que provocar cada día es más difícil y que los bufones cada día interesan menos, por exceso de competencia, sobre todo.

Uno de mis héroes literarios favoritos, Fernando Arrabal, va a ser protagonista de dos festivales literarios en muy poco tiempo: será el encargado de inaugurar este jueves 11 el Festival Eñe, y conversará públicamente, en la Feria del Libro de Guadalajara, con Juan Manuel de Prada, a vueltas con "el sátrapa trascendente". Lo de México va a ser muy sonado, con homenajes a Umbral, Delibes, Torrente Ballester y Jiménez Lozano... Mando para allá mi enhorabuena al editor Jaume Vallcorba, premiado por la Feria.

Me cuentan que el Kindle va como un tiro. La espectacular bajada de precios del lector de Amazon -en su modelo básico cuesta ya menos de 150 euros- y novedosas iniciativas como la de permitir el préstamo de libros digitales entre sus usuarios les ha llevado a vender más aparatos que nunca. Por no hablar de que ya despachan más libros digitales de los cien primeros del top -con Stieg Larsson a la cabeza- en formato digital que en papel. Y ahí tenemos a Obama, el tecnófilo presidente, que firmó, sin despeinarse, un Ipad el otro día.

¿Se acuerdan de cuando el virtuoso Joshua Bell se plantó en el metro de Washington con su Stradivarius y no consiguió más que 32 dólares en calderilla a cambio de 45 sublimes minutos de Bach? Bueno, pues Rolando Villazón, ajeno a la rumorología que le persigue a propósito de su operación, ha despachado su último disco, ¡México!, en un vagón del metro parisino. Lo hizo un lunes, a hora punta, y con todas las orejas enchufadas a los mp3. Oír para ver.