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Opinión

Ni hablar

Por Marta SanzVer todos los artículos de 'Ni hablar'

3 junio, 2011 02:00

Marta Sanz


Periférica es una editorial que se ha puesto nombre magníficamente: se ubica en Cáceres, bella ciudad en el extremo, y Paca Flores y Julián Rodríguez encuentran libros del envés, a la contra, que se acaban transformando en médula de nuestra cultura sólo porque alguien se atreve a hacerlos visibles. Es una cuestión de valentía e inteligencia: del escritor, del editor, del lector. De no reducir el proceso de comunicación literaria y sus factores a la metáfora del refugio donde uno se repanchinga y lee para dormir.

Periférica cumple cinco años. Lo lleva celebrando desde sus comienzos y también en este curso con la publicación de libros maravillosos: Secretos inútiles, de Mirko Lauer, reflexiona en clave negra, dramatúrgica, extrañamente autoficcional, sobre el travestismo y las identidades -sexuales, nacionales, literarias-; en Vida de Pablo, Carlos Pardo escribe una narración autobiográfica que reivindica el origen político del género y un amor emocionante por la verdad de su claroscuro; Precioso día para la boda, de Julia Strachey, figura "periférica" dentro de Bloomsbury, acota la asfixia femenina en una composición donde lo cómico y lo excéntrico se vuelven ridículos y, en el ridículo, fermenta el drama rutinario de mujeres que no logran entender o que renuncian: Dolly bebe ron antes de su boda, se ensucia con tinta el vestido nupcial. Ron, tinta: dos sustancias para brindar por el quinto cumpleaños de Periférica. Salud.