Agustín Fernández Mallo

Hay una polémica que me hace gracia, no debería decirlo, pero es que la encuentro realmente friki: qué aportaría la demostración de que la Sábana Santa sea o no realmente el sudario que albergó el cuerpo de Jesucristo. No sé qué prueba de fe puede proporcionarle a un creyente. La fe, por definición, es contraria a demostraciones y teoremas; la fe no es una subtrama de una novela de Agatha Christie. Tampoco entiendo qué puede aportar ese dato a los no creyentes: que haya existido un hombre llamado Jesucristo, y que fuera envuelto, precisamente, es esa sábana, ni demuestra ni refuta la existencia de divinidad alguna, ni es posible derivar de ahí toda una cadena de acontecimientos sobrenaturales (salvo la misma muerte), así que los no creyentes pueden también dormir tranquilos. He recordado esto al presenciar la polémica desatada por la reciente publicación del Diccionario Biográfico Español, de La Real Academia de la Historia, sembrado de dislates y fantasías ahistóricas. ¿Pero es que alguien aún cree en la existencia real de un Diccionario Biográfico (de la Historia)? ¿Qué puede aportar una colección de 25 tomos, infinitesimal comparada con la infinita información que de la Historia hoy obtenemos por otras vías, plenamente consensuadas? ¿Es que alguien consultaría alguna vez ese diccionario?¿No son ese tipo de publicaciones pasto de vendedores de fe puerta a puerta, las sábanas santas de una clase de conocimiento friki, que ya no cuenta? Creyentes y no creyentes duerman tranquilos, no es más releAgusvante ese diccionario que el de la teleserie Perdidos.