Rogelio Blanco, Sanchez Dragó, Roberto Alagna y Fernández Sastrón

Hubo un tiempo, cada día más lejano, en que un editor mediano o pequeño español podía editar a autores portugueses, austriacos, escandinavos o australianos sólo con las ayudas que concedían Institutos de Cultura y embajadas extranjeras. Imaginen que por uno de esos autores tan estupendos como desconocidos aquí el Australian Council de turno solía conceder unos 4.000 ó 5000 dólares a cambio de garantizar una tirada mínima de 500 ejemplares. Sin vender un solo libro. Si la editorial de marras, pequeña, obtenía además ayudas del Ministerio de Cultura o de algún organismo público de su autonomía, y colocaba en bibliotecas nacionales o locales entre 200 y 400 ejemplares de, supongamos, unos 8 títulos a un precio medio de 10 euros, aumentaba su facturación otros 24.000 euros. Sin vender un solo libro. ¡Ay, Rogelio Blanco, no sólo los herederos de legados y archivos republicanos te van a echar de menos!

Llegó respuesta, sí, llegó carta de Javier Marías respondiendo a la petición pública de Sánchez Dragó de enterrar el hacha y hacer las paces, tantos años y diatribas después. Ha sido, me dicen, una carta larga, cordial y generosa. Reivindicativa, eso sí, del dato exacto y la palabra justa, que ya sabemos que la memoria es siempre individual y selectiva. El caso es que Dragó está contento, por eso y, sobre todo, por la aparición dentro de un par de semanas de Esos días azules. Memorias de un niño raro, primer volumen de la memoria (individual y selectiva, claro) de su infancia y adolescencia. Un YO aún inocente.

¿Carlos Urroz también director del Liber? No imaginaba, la verdad, que estos tiempos adversos fueran a empujar a Ifema al clásico 2x1. ¿Y por qué no? Siempre será el director de ARCO mejor capataz que cualquier político. Sí, la feria de los editores, que empieza el miércoles en Madrid con las letras rumanas como protagonistas, va a compartir director con la feria de arte, que llegará a las naves del recinto ferial en febrero próximo. Y ahora que lo pienso, ¿por qué no también Fitur? El 3x1 sería una oferta irrenunciable para los consumidores.

Roberto Alagna vuelve a ser pasto de rumores, pero en esta ocasión no son Angela Gheorghiu ni el público de La Scala los causantes de la polémica, sino el director Alain Lombard, excluido a última hora del cartel de la Bastilla parisién por su enfrentamiento con el tenor en uno de los ensayos del Fausto de Gounod. En una carta a Le Figaro Lombard acusa al divo de incompetente e irresponsable pero Alagna no quiere problemas y echa la culpa del contencioso a la iracundia de los blogueros: "Una fauna peligrosa".

Y después de la asamblea de la SGAE ¿qué? Solo una cosa cierta: Santiago Moncada ya ha dicho que se desmonta Arteria, la red de teatros, que Sgae venderá los menos rentables y se deshará de las 16 sociedades mercantiles. Exigencia de González-Sinde.