Agustín Fernández Mallo



Los que somos escritores casi sedentarios, o viajeros a universos de seguridad y tarjeta de crédito, vemos con una mezcla de extrañeza y admiración cómo otros compañeros de oficio viajan a lugares del planeta conflictivos o, directamente, peligrosos, y se juegan la vida por contar una historia. Eso es lo que ha hecho Gabi Martínez, adentrarse en un valle remoto del Hindu Kush pakistaní para reconstruir y después poner por escrito en, Sólo para gigantes, (Alfaguara), la vida y asesinato del zoólogo Jordi Magraner, acontecida en ese paraje pakistaní el 2 de agosto de 2002. Se desconoce aún la identidad de los asesinos, las autoridades se desentienden, y se barajan posibilidades que van desde sus compañeros de viaje a los talibanes. Gabi Martínez se desplaza a la región, allí entrevista a los amigos de Magraner y se ve envuelto en situaciones muy comprometidas. Por si fuera poco, y por deseo expreso de la familia del zoólogo, transporta una lápida hasta el cementerio de Bumburet, donde yacen los restos del asesinado. La vida de Magraner, que viaja en los años 80 a la zona en busca ni más ni menos que del Yeti, es en sí misma sorprendente, pero la de Gabi Martínez no se queda atrás en un libro apasionante y excelentemente escrito. Género mixto de literatura de viajes, reportaje de investigación, documento a secas y alta literatura.