Fernando Aramburu
¿Nos hace libres formar parte de una muchedumbre que se apresura a adquirir un producto, aunque dicho producto se llame Libertad? Ignoro si ni siquiera queremos ser libres, sino sólo entretenernos, estar a la última, hablar de lo que todos hablan.
Entre la noticia de una mujer encinta asesinada en una iglesia y las carreritas diarias de Ronaldo y Messi, el telediario anunció la publicación de la nueva novela de Jonathan Franzen. Obama, dicen, la leyó en galeradas y está encantado. Formidables elogios, portada en Time, se lee fácil, acaba bien: la meganovela del siglo. Se va a parecer al pan, que es necesario y se vende a tutiplén. El libro de Franzen es un buen producto, estadounidense para más señas, y usted ya se me está poniendo a la cola con 25 euros en la mano. Los partidarios de la serenidad esperaremos a la edición en bolsillo.